Diario de Valladolid

Vacceos, ya llegan los refuerzos

Cabezón celebra un año más la Fiesta Vaccea en honor al Dios de la cosecha / El festejo recuerda el nacimiento de las primeras ciudades de Castilla y León

Recreación del enfrentamiento de los vacceos y romanos.-PABLO REQUEJO/ PHOTOGENIC

Recreación del enfrentamiento de los vacceos y romanos.-PABLO REQUEJO/ PHOTOGENIC

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LIDIA CAMINERO VALLADOLID
Valladolid

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Los Vacceos, ese pueblo prerromano que se asentó en la Cuenca del Duero, bien podría haber sido aquel asentamiento irreductible que se relataba en las páginas de los cómics de Astérix y Óbelix. La región vaccea existió desde el siglo III a.C. hasta el momento en el que los romanos finalmente lograron la romanización total de la península Ibérica, en la guerra del 29 a.C.

Cabezón de Pisuerga celebró ayer la decimoséptima edición de su Fiesta Vaccea en honor a Lugnasac, dios de la mitología céltica, que según explica la organización de la Asociación Vacceos «es la fiesta de la cosecha, cuando el grano se recoge y llena los graneros. Se celebra la prosperidad y que los almacenes están llenos».

Por la mañana se realizó un desfile vacceo desde la Plaza de la Concordia hasta la recreación de la aldea vaccea, como si de la llegada de los refuerzos vacceos se tratase. Los pobladores se engalanaron con ropas de la época y realizaron una representación de bodas vacceas. Grandes coronas de flores abrieron el paso a las reinas y damas del municipio, que iban a contraer matrimonio, «hasta que hay una intrusión de los romanos, que raptan a las doncellas», tal y como relata Sergio García, alcalde Cabezón.

El pueblo vacceo destacó por su importante actividad agrícola cerealista –fundamentalmente trigo y cebada– y por ello el municipio sita en su aldea un mercado artesanal que rinde homenaje a la economía y comercio del pueblo celtíbero. De esta manera, encontramos en sus puestos productos gastronómicos, telas, cueros, cerámica, velas y cerveza artesanal, bebida que, junto al vino «ya se bebía en el siglo II a. C», según la Asociación Vacceos.

Cuando el sol calentaba menos, entre las 19.00 y las 20.30, los niños jugaron y participaron en talleres romanos y vacceos, como el tejido de telas, el trabajo con madera o la cocción de repostería. También se produjo una recreación de la vida cotidiana de este pueblo que se estructuró en las primeras ciudades de nuestra historia castellano y leonesa.

Por la noche, la representación escénica continuó cuando los romanos volvieron a la aldea reclamando los impuestos por la cosecha. Es el momento histórico que hace referencia a la invasión de la península, y por ello, se produce un litigio entre romanos y vacceos. Es el pueblo celtíbero quien gana a los romanos, aunque la historia nos diga que los del Imperio conquistaron finalmente a este pueblo. En el enfrentamiento uno de los representantes vacceos fallece, y la noche culminó con un rito funerario y una gran hoguera. Todos bailan por los frutos de la cosecha y por la victoria de aquella aldea que dibujó el inicio de nuestros campos de trigo y paseó por nuestras tierras hace más de 2.000 años.

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