El juez leonés que llegó a la política para quedarse

Su debut en política llegó en febrero de 2012, cuando el entonces jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, le colocó al frente de la Subdelegación del Gobierno en León, aconsejado por su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría. Juan Carlos Suárez-Quiñones (León, julio de 1961) conocía a la vicepresidenta de la etapa en la que él –titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de la capital del Bernesga– y ella –abogada del Estado– habían coincidido en el ejercicio de sus profesiones en el ámbito judicial.

En su etapa como máximo representante del Gobierno en León, tuvo que dar la cara no sólo por las impopulares medidas tomadas desde Madrid para gestionar la crisis económica –general en el país–, sino también por las decisiones en torno a la minería del carbón, muy contestadas tanto por la sociedad leonesa –volcada con la Marcha Negra–, como por la Junta, del mismo color político que el Ejecutivo nacional.

En abril 2015, con la marcha de Ramiro Ruiz Medrano a la Vicepresidencia de las Cortes, Quiñones se trasladó a Valladolid para ocuparse de la Delegación del Gobierno. Apenas le dio tiempo a tomar tierra cuando Juan Vicente Herrera le invitó a formar parte de su nuevo equipo, asignándole la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a la que en la recta final de mandato se le acumularon las competencias de Agricultura y Ganadería por la salida de Milagros Marcos rumbo al Congreso.

En los últimos meses Suárez-Quiñones ha sido un colaborador habitual de Mañueco. Hoy el presidente premia ese apoyo revalidándole en el cargo como titular de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Es, junto a Carlos Fernández Carriedo, uno de los dos supervivientes del último Ejecutivo herreriano.

El juez de origen leonés, amante de la música, que resulta cada vez más evidente llegó a la política para quedarse, mantiene la batuta de la misma cartera y en ella tendrá que asumir decisiones importantes, como el de la nueva Ley de Caza, que el TSJ acaba de volver a frenar baja la amenaza de una posible inconstitucionalidad. Sin olvidar el mantenimiento de las infraestructuras competencia de Castilla y León, con el reto de ejecutar alguna obra nueva, más allá del mantenimiento, que en los últimos años, en gran medida por efecto de la crisis económica, brillan por su ausencia.

Dicen sus más allegados que Juan Carlos Suárez-Quiñones es una persona caballerosa, de trato afable, muy directo, trabajador y resolutivo. A lo que le añade un maejo como pocos en el arte de la oratoria.