Luz verde a la conexión de La Cistérniga y dos núcleos de Laguna con la depuradora

El compromiso para que La Cistérniga y para que dos entornos de Laguna de Duero –el polígono Los Alamares y la urbanización La Corala– puedan ‘engancharse’ a la depuradora de la capital y dejen de verter sus aguas residuales a la red hídrica sin un tratamiento adecuado, dio ayer un paso definitivo con la rúbrica de un convenio que da luz verde a la adhesión de estos reductos, los únicos del alfoz aún pendientes de conectarse con la planta ubicada en el camino viejo de Simancas.

Los ayuntamientos de las dos localidades firmaron ayer un acuerdo con el Consistorio de Valladolid –al que deberán abonar un canon anual una vez comiencen a utilizar el servicio– y con la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl) –entidad dependiente de la Junta de Castilla y León encargada de sufragar la mayor parte de las obras–, que supone el ‘desbloqueo’ para poder ejecutar el empalme.

Así, gracias al convenio entre las administraciones, La Cistérniga y Laguna trasladarán sus aguas ‘sucias’ hasta la estación vallisoletana gracias a la ejecución de un entramado de tuberías, a cambio de hacerse cargo de una parte de la inversión en las obras y, después, una vez operativas, de un pago anual a la capital por el aprovechamiento de las instalaciones, que se calculará en función de los metros cúbicos del caudal derivado.

En total, la inversión del proyecto está prevista en 7 millones de euros –a falta de conocer si hay rebajas en la adjudicación–, de los cuales el Ayuntamiento de La Cistérniga deberá sufragar 813.397 euros y el de Laguna 112.503, para ejecutar una red subterránea que permita derivar las aguas residuales hasta la planta de tratamiento.

En concreto, contempla la recogida de los vertidos procedentes del núcleo urbano y del polígono de La Mora, en el caso de La Cistérniga, así como del polígono Los Alamares y de la urbanización La Corala de Laguna de Duero, es decir, de cuatro entornos diferenciados.

Según explicaron fuentes de Somacyl, el proyecto saldrá a licitación la próxima semana y estará en exposición pública durante dos meses, por lo que, una vez finalizado el procedimiento de adjudicación, las obras podrían comenzar a finales de este año.

Después, el estudio realizado estima 24 meses de ejecución de los trabajos, lo que supone que habrá que esperar dos años, hasta finales de 2021, para completar la conexión y, por tanto, para que haya una depuración efectiva en dichos entornos.

«Es un paso muy importante porque somos el único municipio de casi 10.000 habitantes de Castilla y León que no estaba depurando y por fin lo vamos a hacer, aunque no sea de manera inmediata porque todavía se tienen que ejecutar las obras», destacó la alcaldesa de La Cistérniga, Patricia González, para enmarcar la importancia del convenio rubricado ayer como paso definitivo al compromiso de adhesión con la capital.

Una vez materializado el ‘enganche’, calculan que tendrán que hacer una transferencia anual al Ayuntamiento de la capital vallisoletana de entorno a 200.000 euros, frente a los 75.000 que en la actualidad abonan a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en concepto de canon de vertidos.

Un significativo incremento presupuestario que tendrán que estudiar cómo afrontan, aunque la idea inicial, según subrayó la regidora, es que «no afecte al bolsillo de los ciudadanos», es decir, no se prevé una subida de tasas a los vecinos y empresarios de la localidad.

El alcalde de Laguna de Duero, por su parte, explicó que aún no han ‘echado cuentas’ sobre cuánto dinero les supondrá la adhesión de Los Alamares y La Corala, aunque confía en que se mantenga el precio que pagan en la actualidad por depurar las aguas residuales procedentes del núcleo, fijado en doce céntimos por metro cúbico, según detalló Román Rodríguez.

Con la adhesión de La Cistérniga y de los dos entornos pendientes de Laguna de Duero se completan las conexiones previstas con la Estación Depuradora de Aguas Residuales de la capital vallisoletana, tras los acuerdos alcanzados con otros municipios del área metropolitana. El primero en unirse fue, de hecho, Laguna, en septiembre de 2015. Unos meses después se unió Zaratán y en 2017 le llegó el turno a Arroyo de la Encomienda. Las últimas que se pusieron en marcha fueron las conexiones con Simancas el verano pasado.