Detenida tras dejar morir a su perro por calor en una terraza
La Policía Local fue alertada cuando el can jadeaba y estaba aprisionado por la correa
Momento en el que los bomberos acceden a la terraza con una escala.-E. M.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) detuvieron el pasado jueves a la mujer S.V. T., de 27 años y sin antecedentes policiales, como presunta autora de un delito de maltrato animal con resultado de muerte de su perro, que murió asfixiado y de un posible golpe de calor, según informaron en un comunicado fuentes policiales.
La alerta contra este nuevo caso de abandono de mascota saltó cuando agentes de la Policía Municipal observaron en una terraza del número 74 de la calle Caamaño, en Delicias, a un perro «jadeando intensamente» y atado a la barandilla de la terraza soportando las altas temperaturas del mediodía. Fuentes vecinales indicaron a este diario que el perro era «grande» y de pelaje negro. Tras intentar en reiteradas ocasiones que alguien abriera la puerta del domicilio, avisaron a una dotación de bomberos que tuvo que escalar para acceder a la terraza comprobando que el can acababa de fallecer.
El veterinario, concertado con Policía Municipal, determinó su propiedad a través de la lectura del chip que portaba el animal, y estableció como causa de la muerte, «asfixia por estrangulamiento causado por la torsión de la correa con la que estaba atado», añadiendo la posible causa complementaria de «un golpe de calor debido a que estaba expuesto en una terraza sin protección frente al sol y las altas temperaturas».
Los agentes de Policía Nacional, tras conocer que la muerte del animal se debió «de manera directa a una negligencia grave« de su cuidadora, procedieron a su detención dejándola en libertad con cargos debido a su estado de salud.
Hasta 18 meses de cárcel
En el artículo 337.3 del Código Penal se tipifica el delito de maltrato animal en su modalidad ‘muy agravada’ si se hubiera causado la muerte del animal. En este caso se impondrá una pena de seis a dieciocho meses de prisión e inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales.
Toda condena esta supeditada, de cualquier forma, a las circunstancias de cada caso que estime el juez, incluidas las posibles atenuantes, si las hubiera.
Entrarían en por ejemplo, en estos casos, un animal que falleciera por inanición (falta de alimento) o deshidratación (falta de agua), o por una enfermedad o herida grave, sin asistencia veterinaria y/o sin tratamiento o por un maltrato activo o violento (por pegarle, ahorcarle, dispararle, etc), sería un supuesto de delito de maltrato animal, en su modalidad muy agravada, del apartado 337.3.
La salida de los Bomberos fue la más triste de un mes de junio en el que se prodigaron en rescates con final feliz. El 17 de junio rescataron aun perro de raza labrador que no podía salir del río Pisuerga; el 21 de julio liberaron a un perro atado a un árbol con síntomas de no estar debidamente atendido, y la Policía denunció a la dueña; el 27 de juicio rescataron a un erizo y el 23 de junio a una cigüeña y un mochuelo.
El último caso de maltrato animal de gran trascendencia en Valladolid ocurrió hace un año. La asociación Defensa de Animales en Valladolid (Defaniva) denunció el «asesinato y tortura» del perro, llamado inicialmente ‘Cooper’, cuya adopción por parte de una familia de Santovenia de Pisuerga se produjo en febrero de 2018 y que fue encontrado en la cocina de la vivienda cuando llevaba tres meses muerto. Según el colectivo fue «presuntamente ahogado, torturado» y tapado por mantas durante meses en una cocina.