Diario de Valladolid

Puente se lanza a gobernar en minoría tras romper con VTLP y acusarles de intransigencia

Duros reproches a los tres ediles de Toma la Palabra, de los que afirma que «no han asimilado» el resultado electoral / Su estrategia para los próximos cuatro años será buscar acuerdos «en todas las direcciones»

Óscar Puente durante su comparecencia en el salón de recepciones del Ayuntamiento.-J.M. LOSTAU

Óscar Puente durante su comparecencia en el salón de recepciones del Ayuntamiento.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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La entente cordial mantenida durante los últimos cuatro años entre el PSOE y Valladolid Toma la Palabra quedó ayer hecha añicos tras hacer oficial el alcalde en funciones, Óscar Puente, la ruptura con la formación que lidera Manuel Saravia y cerrar la puerta a cualquier posibilidad de acuerdo para formar equipo de gobierno durante el próximo mandato entre acusaciones de intransigencia y de desconexión con la realidad.

Puente intentará gobernar en solitario con sus diez concejales, abierto a acuerdos puntuales con el resto de grupos para el gobierno del día a día en el Ayuntamiento, incluido también Valladolid Toma la Palabra. Aunque les retira la capacidad de gobierno, el alcalde sabe, y también son conscientes en Toma la Palabra, de que habrá mucho de continuidad política en los próximos cuatro años y como partícipes, cuando no promotores de muchos de los proyectos, Saravia y los suyos no tendrán más remedio que votar con el PSOE si no quieren incurrir en una contradicción. Difícil papel.

Pero un gobierno en minoría es un terreno político peligroso, inexplorado para Puente, que puede estar sembrado de minas y sorpresas desagradables. Su apuesta es arriesgada y el tiempo dirá si la jugada le sale bien o, como en el juego del subastado, se equivocó al calcular los tantos del resto de participantes en la partida.

Puente compareció sólo y sonriente en el salón de recepciones del Ayuntamiento, con sus diez concejales de pie, de espectadores en un lateral. Una escenografía propia de las grandes ocasiones.

Lo que anuncio era previsible después de que el principio de acuerdo entre ambas formaciones para gobernar juntos saltara por los aires el pasado viernes al anunciar Toma la Palabra que posponía la consulta a sus bases, pero tras lo escuchado ayer está claro que el divorcio será traumático. Además de acusar a los tres concejales de Toma la Palabra de «intransigencia» y de «inmadurez política», de reprocharles su «distanciamiento de la realidad» tras los resultados electorales, Puente fue más allá al señalar que se equivocó al pensar que Valladolid Toma la Palabra no formaba parte de «esa parte de la izquierda española que tiene una pulsión cainita y suicida».

Su intervención fue un cúmulo de reproches que sonó al desahogo de quien tiene ganas de soltar lo que piensa desde hace tiempo.

Desveló Puente que la pérdida de confianza que le lleva a romper con Toma la Palabra viene ya de lejos, desde que un sondeo publicado augurase que esta formación se quedaría con un solo concejal. Desde entonces, prosiguió, «el viraje de sus actuaciones fue evidente» hasta cambiar la línea de colaboración por otra de «confrontación». Lamentó que mientras él siempre reconoció el trabajo de los tres ediles de Toma la Palabra, Manuel Saravia, María Sánchez y Alberto Bustos, estos no mostrasen «jamás el mínimo reconocimiento» hacia el trabajo del PSOE, como «si todo lo que se ha hecho bien lo hubieran hecho ellos».

En su análisis de lo ocurrido tras los resultados electorales y la posterior negociación con vistas al nuevo mandato, Puente dijo que los ediles de VTLP «no asimilan que el electorado les haya relegado» al perder un concejal, mientras el PSOE «una formación a la que el fondo desprecian», haya visto incrementado su apoyo

Con los datos electorales como argumento -60.000 votos el PSOE y 11 concejales, tres más, frente 17.000 de Toma la Palabra y tres representantes, uno menos- el alcalde consideró que la oferta hecha a los tres ediles de Toma la Palabra para mantener sus áreas, aunque recortadas en algunas competencias por considerar que estaban sobredimensionadas y eran susceptibles de una mejor gestión, era «generosa en lo político y adecuada en lo funcional». Tras preguntar si «podían esperar otra cosa», insistió en que nunca asumieron «que las cosas habían cambiado» y aseguró que, incluso así, Toma la Palabra fue la única formación con la que abrieron negociaciones para un acuerdo que, en lo esencial, estaba cerrado.

Puente aseguró que de los seis o siete flecos pendientes «ninguno ponía en riesgo el acuerdo» y el aplazamiento de la consulta fue «un órdago, la gota que colmó el vaso» y cerró toda posibilidad de acuerdo. Pese a asegurar que su plan «era claro» y pasaba por buscar la estabilidad con Toma la Palabra no podía hacerlo «a cualquier precio». Perdida la confianza «por completo» entre ambas formaciones, el alcalde dijo que «no se dan las condiciones para formar gobierno», aunque dejó un margen para la esperanza cuando matizó que el tiempo «marcará si se puede recuperar la confianza».

Añadió que en el nuevo escenario que se abre tendrán que «mirar en todas las direcciones y buscar acuerdos con todas las formaciones» para gobernar, también con Toma la Palabra. «Podremos hablar de muchas cosas, el diálogo está abierto», pero, la decisión de gobernar en solitario parece inamovible.

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