Diario de Valladolid

Toma la Palabra se aferra a la posibilidad de un acuerdo de última hora

Saravia sospecha que Puente ha «sobreactuado» y el aplazamiento de la consulta es «la excusa» que ha buscado para deshacerse de ellos

Alberto Bustos, Manuel Saravia y María Sánchez durante su comparecencia.-ICAL

Alberto Bustos, Manuel Saravia y María Sánchez durante su comparecencia.-ICAL

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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Los tres concejales de Valladolid Toma la Palabra estaban ayer entre la sorpresa, desagradable sorpresa, y la esperanza de un giro en el rumbo que han tomado los acontecimientos que deje un margen a la esperanza. «¿Cómo no vamos a poder hablar en estos cinco días?», preguntó la concejala de Medio Ambiente en funciones, María Sánchez, para añadir que «romper el diálogo no es propio de un equipo», convencida de que «todavía hay tiempo» para reconducir la situación hasta la investidura del próximo sábado.

Los tres comparecieron con gesto serio, propio del momento, como si nunca llegaran a sospechar que el alcalde en funciones, Óscar Puente, fuera capaz de llegar tan lejos después de cuatro años de trabajo conjunto. En la mente, la famosa foto de Puente y Saravia abrazados en la plaza de la Rinconada tras la noche electoral de mayo de 2015 que arrebató el gobierno al PP después de veinte años de gobierno de Javier León de la Riva. «Es difícil de entenderlo cuando hay una aceptación buena de un gobierno de estos cuatro años», dijo Saravia, convencido de que «gran parte de la ciudadanía no lo entenderá».

Quedarse fuera del equipo de gobierno dejará a Toma la Palabra en una especie de tierra de nadie, entre el PSOE y las formaciones del centro-derecha, PPy Ciudadanos, y la ultraderecha, Vox. Si, como toda apunta, ese será su lugar en los próximos cuatro años, Sánchez ya anunció que mantendrán el rumbo del mandato pasado y apoyarán las medidas que vayan en la dirección del cambio emprendido en la ciudad en 2015 «para consolidar los cambios sociales», aunque eso supondrá que tendrán que votar muchas veces con el PSOE, pero ahora sin formar parte del equipo de gobierno.

Saravia tampoco dejó margen para la duda cuando advirtió, en contra de quienes puedan pensar en «cosas surrealistas», que no apoyarán en ningún a ningún candidato de la derecha. Pero dicho esto, mostraron su desconcierto por la negativa del alcalde a sentarse a hablar de nuevo y por su reacción ante la decisión de aplazar la consulta a sus simpatizantes y conocer su opinión para su entrada en el equipo de gobierno. Saravia se negó a aceptar que sean ellos los que han provocado la ruptura y añadió que no aciertan a entender que «la consulta (su aplazamiento) haya sido el problema», cuando lo consideraban necesario después de que «se cambiaran algunos elementos» del principio de acuerdo alcanzado el martes.

En la misma línea, Sánchez dijo que no es su estilo «tensar la cuerda y no acertó a comprender que «el aplazamiento de la consulta se viera como una declaración de guerra cuando el diálogo siempre ha funcionado».

Dado que desde el punto de vista objetivo no ven razón para que el alcalde dé un portazo y se niegue a retomar el diálogo, los concejales de Valladolid Toma la Palabra apuntaron como explicación que Puente ha «sobreactuado» y en realidad ha buscado «una excusa» para romper la negociación porque «de alguna manera quería gobernar en solitario», dijo Saravia. En una palabra deshacerse de ellos para los próximos cuatro años.

Saravia creyó ver alguna pista en una negociación «forzadísima» y Bustos añadió que las cosas «empezaron a cambiar desde la noche electoral», cuando el PSOE se vio reforzado en las urnas al conseguir tres concejales más. Fue a partir de entonces cuando observaron «una visión crítica» de Puente hacia Valladolid Toma la Palabra, «cuando hasta ese momento todo era miel sobre hojuelas», dijo que concejal que puso en marcha los presupuestos participativos.

Conscientes de que la posibilidad de marcha atrás en la decisión del alcalde, esta tarde celebrarán una asamblea con sus simpatizantes para decidir cuál será su posición en la investidura.

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