MUDANZA EN LOS DESPACHOS
«Ahora es tiempo de mudanza interior y exterior»
Más allá de los pactos, el fin de legislatura supone un fin de ciclo para muchos políticos que desempeñan sus cargos en la Junta o en el Parlamento / Ante los nuevos proyectos a los que se enfrentan, muestran su lado humano y reflexionan sobre su labor durante los últimos años

Fernando Rey y Juan José Sanz Vitorio recogiendo sus enseres de los despachos que ahora dejan.-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC
Tras los comicios electorales prácticamente todas las miradas están centradas en los posibles pactos entre socialistas, naranjas o populares. Detrás de esta actualidad política se encuentra otra: aquellos cargos que dejan de ocupar sus funciones y pasan a desempeñar otros cometidos.
El fin de la era Herrera deja tras de sí numerosas despedidas más allá del adiós del presidente autonómico. El catedrático y consejero de Educación, Fernando Rey, y el procurador popular de las Cortes por Segovia Juan José Sanz Vitorio cesan de sus funciones regionales para dar comienzo o continuar con nuevos proyectos profesionales. Como resume el consejero en funciones: «Ahora es tiempo de mudanza interior y exterior».
La imagen en ambos despachos es similar: montones de papeles, huecos donde antes había archivadores o recuerdos familiares y cajas, muchas cajas. Fernando Rey confiesa que cambiará de lado en la Educación, dado que vuelve a la docencia. Retorna a su «amada» Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid.
Fernando Rey no está afiliado a ningún partido y ha trabajado esta legislatura como independiente. Antes de dedicarse a la política, recuerda con una leve sonrisa, impartía la asignatura de Derecho Constitucional.
Poco después de las elecciones autonómicas, sonó el teléfono. El entonces portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, descolgaba el teléfono para pedir a Rey que liderara la Consejería de Educación, una de sus vocaciones.
La petición llegó en un momento personal complicado y acababa de escribir un libro en contra de la política de Rajoy sobre Derechos Humanos, lo que provocó dudas sobre si debía aceptar el cargo o no.
Rey transmitió a De Santiago-Juárez que estaba diciendo unas «cosas terribles» sobre el Gobierno central. La réplica del ahora vicepresidente en funciones fue reveladora: «Vas a oír cosas peores en la mesa del Consejo de Gobierno». «Lo cual es verdad, pero siempre con un tono muy leal», aclara el todavía consejero.
En estos días de balance, el histórico docente universitario pone en valor las virtudes políticas de Herrera y rememora una de las negociaciones más duras de estos cuatro años: las cuencas mineras.
Pero ha habido momentos en los que la cartera le ha pesado más que otros. Personalmente, los casos que más le han «afectado» son el bullying y de tres suicidios de escolares que, lamenta, se produjeron. Solo el hecho estar en «la silla» de gestión de Educación, uno se convierte en responsable de «todo el sistema y los chicos». Pese a todo lo malo, el motivo de mayor orgullo para Rey es el respeto y admiración con el que le escuchaban fuera de Castilla y León cuando hablaba del sistema educativo.
Durante su mandato el nivel se ha mantenido, lo que permite «que estemos entre los cinco primeros», defiende. Por no hablar de los avances en materia de equidad e inclusión de alumnos y la bajada de tasas universitarias. Todo ello le produce «una íntima satisfacción». Aunque, entre risas, desvela que si el profesor pusiese nota al consejero, sería un ‘Necesita Mejorar’.
En estos cuatro años ha aprendido «el realismo de las cifras». Estar pendiente de las cuentas le hizo regresar a un «marximo de juventud» al estar pendiente del materialismo histórico, bromea. «Frente a la ética de la convicción, la ética de la contabilidad», apostilla.
Fernando Rey no solo va a cambiar su despacho en la Consejería de Educación por uno de la Facultad de Derecho; tiene previsto acabar un libro sobre Derecho Antidiscrimatorio que dejó a medias al aceptar el cargo, además de un artículo sobre la idea y evolución del concepto de ‘fraternidad’ desde la Revolución Francesa.
Confiesa que le han llamado para dar charlas en Iberoamérica, algo que le ha animado en su vuelta a la universidad. El profesor se va agradecido con sus colegas de gabinete, compañeros del Sistema Educativo y personal que le ha facilitado la labor.
También está de «mudanza interior y exterior» el procurador de las Cortes del Partido Popular, Juan José Sanz Vitorio. El popular no se aleja del ámbito parlamentario y recalará en el Senado, con el fin de «ser útil a Segovia y a Castilla y León en la cámara de representación territorial».
Las sensaciones extrañas y los recuerdos abundan al recoger sus documentos. Sanz Vitorio, procurador desde 1999, dice sentirse «un privilegiado» por lo que hace y desempeña con «pasión», las mismas ganas que demanda a sus sucesores: «Hay que estar por hacer, no estar para estar».
Un hombre con la experiencia parlamentaria de Sanz Vitorio dejará muchos amigos, y no solo en su formación, que se lleva unos cuantos.
Las duras negociaciones por lograr un acuerdo para revertir la despoblación con el portavoz del PSOE, Francisco Ramos, levantaron una admiración y amistad con Sanz Vitorio.
Hace memoria y algún mal recuerdo le remueve por dentro, como la pérdida de una compañera. Pero tantos años de batalla parlamentaria también reavivan momentos incluso históricos, como la aprobación el Estatuto de Autonomía o la Ley de Transparencia.
Sanz Vitorio se muestra expectante e ilusionado ante su nuevo cargo y, confiesa, el cambio de ubicación a Madrid le permitirá estar más cerca de su familia.
Entran vientos frescos a las Cortes, pero siempre quedarán estos y otros cruciales procuradores, retenidos en la memoria castellana y leonesa.