Diario de Valladolid

El éxito de Puente:‘pescar’ en todas las clases sociales

Los más ricos votan al PP, lastrado por la «homogeneidad» de su electorado / Toma la Palabra despunta en barrios humildes pero también entre las clases altas / Cs es el más volátil / Vox ganó el voto obrero disputado a Podemos

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Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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Tanto si analizamos los votos del PP de forma individual como el bloque conjunto de las derechas, el silogismo se cumple: los barrios del centro, con las rentas más altas, registran un respaldo más contundente a fuerzas conservadoras. Grosso modo, los ricos votan a la diestra. Y lo hacen en mayor proporción cuanto mayores son sus ingresos. Parece una perogrullada pero no hay que olvidar que León de la Riva en sus mejores tiempos –con su mayoría absoluta más abultada en 2011– extendió su hegemonía a barrios obreros como Rondilla, Delicias y Pajarillos.

El pasado domingo, sin embargo, el escoramiento a la derecha de los de Pablo Casado achicó su caladero en Valladolid y el PPsólo fue el más votado en algunos barrios pudientes. No en todos. Su pecado fue ‘olvidarse’ de las clases medias, toda vez que en España las elecciones se disputan en el centro ideológico y social.

El análisis del voto en función de la renta de los vecinos revela que en estas municipales el electorado del PP en la capital fue «muy homogéneo» mientras que el del PSOE resultó «más interclasista o heterogéneo», interpreta Alfredo Hernández, catedrático de Sociología en la Universidad de Valladolid.

La candidata Pilar del Olmo cosechó sus mejores resultados en los tres barrios con mayor poder adquisitivo:el céntrico entorno de la Universidad, San Nicolás-San Miguel y los aledaños del Campo Grande. En estas millas de oro obtuvo más del 44% de las papeletas.

Inversamente proporcional a los ingresos es el respaldo socialista y, en general, a las fuerzas de la izquierda. Óscar Puente obtuvo su peor resultado en el barrio más rico, la citada almendra vallisoletana (sólo el 18% de los votos en el centro). Y el mejor, en el más ‘pobre’, Pajarillos Bajos (donde rascó el 49%). Sin embargo, su capacidad para pescar apoyos entre las clases medias e, incluso, en algunas zonas de ingresos altos, constata una mayor transversalidad de su tirón electoral. «La clientela del PSOE tiene un mercado mucho más amplio que el PP», apostilla el sociólogo, al interpretar que la longitud de ese rango explica el resultado ganador de Puente en este 26-M.

PARQUESOL, RICO Y PROGRE

La excepción ‘rica’ que vota progresista es Parquesol-Arturo Eyries –el cuarto barrio con mayor renta de la ciudad– donde los socialistas (con el 35% de las papeletas)se impusieron a los populares (26%).

Para este análisis, hemos cruzado dos fuentes de datos. Por un lado, los últimos indicadores de ingresos por barrios (renta neta media anual de los hogares, relativos al año 2017) publicados esta semana por el INE dentro del proyecto europeo Urban Audit. En segundo lugar, los resultados de las elecciones municipales facilitados por la Delegación del Gobierno. Para unificarlos, hemos asignado a los 17 barrios del INE cada una de mesas electorales, siguiendo la equivalencia de secciones y distritos censales que maneja el Ayuntamiento de Valladolid.

Las cifras resultantes desmienten otra creencia extendida, esa de que la izquierda clásica está sustentada en exclusiva por el voto obrero. Es verdad que Valladolid Toma la Palabra registra sus porcentajes más abultados en zonas trabajadoras como San Juan-Batallas-Pilarica (14%) y Pajarillos Altos-Las Flores (13%), pero a continuación figuran otros cuatro barrios situados en la mitad alta de la tabla por ingresos de sus vecinos: Parquesol-Arturo Eyries, Caño Argales, Huerta del Rey y Hospital-Barrio España-San Pedro, con un 12% de los sufragios.

De estas cifras se desprende que también es transversal el voto a esta candidatura ciudadana, apoyada tanto por obreros como por profesionales liberales e intelectuales de la izquierda con buenos ingresos, «por trabajadores de mono y por trabajadores de cuello blanco», ilustra Alfredo Hernández. Destaca. Además, la valoración ciudadana del trabajo realizado por Manuel Saravia en unos comicios municipales donde el carisma personal es factor determinante.

VOX Y EL MITO OBRERO

Durante la campaña, Vox centró sus esfuerzos en disputar el voto obrero a Podemos en toda España. Y en Valladolid podría decirse que lo consiguió:en todos los barrios, incluso en los de rentas más humildes, la extrema derecha obtuvo más sufragios que la formación morada, desdibujada por completo del mapa político (no supera el 4% en ninguna zona de la ciudad).

Lo que tampoco puede interpretarse es que la formación de Santiago Abascal tenga un importante caladero en las clases trabajadoras, por más que su discurso apelase ‘a la España que madruga’. Sus peores resultados se registraron en los barrios menos pudientes. De hecho, su tendencia discurre paralela a la del PP: allí donde sube uno, asciende también el otro. Guardan una «sincronía perfecta en todos los distritos», observa el catedrático de la UVa al augurar que «el voto de Vox puede volver al PP en cualquier momento».

CS, DIFÍCIL SER MAYORITARIO

Distinta distribución del voto dibuja Ciudadanos. Alfredo Henández destaca la «aleatoriedad» de su electorado. A diferencia de Vox, la formación naranja «no guarda relación» con las tendencias del PP. Y, respecto al PSOE, los resultados son «inversos», lo que demuestra que «compiten por el mismo espacio». «El votante de Cs puede votar en su momento al PP, al PSOE o a otro partido», añade. «Hoy por hoy su voto es bastante volátil, lo que dificulta que se convierta en un partido mayoritario», continúa.

ABSTENCIÓN 'BENEFICIOSA'

Otra creencia popular es esa de que ‘la abstención beneficia a la derecha’, cuyo fiel electorado acude a las urnas llueva o truene. Los datos confirman que la participación es más elevada cuanto mayor es la renta. Las rentas altas, como se ha visto, tienen querencia por la derecha pero electoralmente son menos numerosos. «Por eso cuando hay una alta participación favorece a la izquierda, porque númericamente son más», añade Hernández.

DOS BLOQUES EMPATADOS

La morfología urbana del voto político del 26-M constata el empate de los dos grandes bloques ideológicos en la ciudad, con una «dicotomía cuasi perfecta» entre la derecha (PP, Cs y Vox suman el 48,9% de los votos) y la izquierda (PSOE, VTLP y Podemos tienen el 49,1%). Apenas dos décimas de diferencia, aunque la extrapolación a número de concejales difiera, entre otras cosas por no obtener Podemos ningún asiento.

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