Puente plantea ampliar las zonas de 30 km/h para reducir los atropellos en Valladolid

Las últimas semanas Valladolid parece haberse camuflado en el paisaje de una jungla de asfalto. Los casos de atropellos, algunos de ellos con un fatal desenlace, provocan que las luces rojas de alarma se enciendan en la ciudad, que busca la manera de reducir el número de accidentes viales en el centro de la ciudad.

La mujer de 73 años fallecida el pasado lunes a consecuencia de un atropello registrado la noche del domingo en el paseo de Isabel la Católica elevó a ocho las muertes por atropello en la capital, un número que duplica el registro del año 2017. Los sucesos firmados por vehículos y peatones se han encadenado esta semana, sumándose el martes un nuevo caso en la calle Gamazo, en el que resultó herida una mujer de 86 años que se encuentra actualmente en estado grave tras ser arrollada por un todoterreno (cuyo conductor dio positivo en el control de alcoholemia).Ayer otra mujer, de 65 años, fue también atropellada en el barrio de Covaresa.

Ante esta realidad se manifestó ayer el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, durante la celebración de un acto de promoción deportiva en el colegioMiguel Íscar de la capital. El regidor vallisoletano se encuentra que la siniestralidad aumenta en términos de tráfico; una realidad que obliga a poner, literalmente, freno a los accidentes en los que se ven involucrados los viandantes. Una de las opciones que sugiere Óscar Puente es la de reducir la velocidad de circulación en la ciudad a más espacios que los limitados actualmente a 30 kilómetros por hora.

«Si por mí fuera sí bajaría el límite de velocidad. Los límites de velocidad tenemos que analizarlos en determinadas calles.Las zonas 30 las tenemos que ir ampliando, eso está claro», aseguró el alcalde de Valladolid, que explica su tesis personal acerca de la velocidad de circulación permitida:«Los límites de velocidad indicen en el resultado lesivo de cualquier accidente. Sabemos que un accidente a velocidades por encima de los 50 kilómetros por hora un atropello es casi seguro mortal o con heridas muy graves. Por debajo hay un mayor índice de supervivencia», enunció Puente.

El alcalde de Valladolid no obstante, no hace de su palabra ley. Al menos no antes de indagar la manera de reducir el número de atropellos en la ciudad:«La limitación de la velocidad es una de las opciones, pero tenemos que tomar estas decisiones con un estudio a fondo.Tenemos que sentarnos, analizar a fondo los datos y ver de qué manera podemos solucionar este problema», aseguró.

El Ayuntamiento de Valladolid se encuentra con un problema mayúsculo a la hora de atajar esta problemática.Es complicado taponar una hemorragia sin saber dónde se produce exactamente el corte y eso es lo que ocurre en el caso de los atropellos en Valladolid. La raíz de los mismos varía en cada uno de los casos, algo que hace más complicado poner el común un plan de acción: «Tenemos que hacer, desde el punto de vista de la movilidad, un análisis muy profundo de lo que está ocurriendo en esta y en otras ciudades, pero no es fácil porque la causa de los accidentes es dispar, no hay una causa extendida», explicó.

Óscar Puente recordó que «los episodios que estamos viviendo son muy heterogéneos. No hay un grado de coincidencia en ellos que nos permita sacar una conclusión y trazar un plan concreto. El plan de la Policía Municipal en el tema de control de alcoholemia está funcionando, pero ¿Cómo podemos evitar que un conductor se coloque en el asiento de su coche en la puerta de su negocio habiendo bebido?», se pregunta el regidor, que recuerda que el accidente registrado en la calle Gamazo «no tiene nada que ver con el atropello del domingo (en Isabel la Católica), que fue un atropello en circunstancias poca iluminación, mucha lluvia, poca visibilidad».

La responsabilidad de reducir el número de atropellos en la capital no sólo depende de los vehículos a motor, también de los viandantes. El año 2017 comenzó con una oleada de atropellos, algunos de ellos con final trágico, que impulsó al ayuntamiento a comenzar una campaña en la que se comenzó a multar a los peatones, especialmente en tres cruces del barrio de La Rondilla, donde fallecieron dos ciudadanos atropellados en los diez primeros días del mes de enero.

Sin embargo, tras el efecto inicial de esta campaña, los cruces en rojo o en zonas sin paso de peatones se han vuelto a convertir en un paisaje cotidiano en la circulación de la ciudad; una llamada que puede volver a despertar viejas costumbres, como deja entrever el alcalde de Valladolid:«Después de aquel cúmulo de accidentes tuvimos una campaña de sanción a los peatones que ha dado buen resultado.Ha pasado el tiempo y las cosas se han vuelto a relajar», lamentó el alcalde de Valladolid.