Diario de Valladolid

Isowat Made debe casi 70 millones a 620 acreedores pero sólo vale 33

El demoledor informe del administrador concursal atribuye el «colapso financiero» de la factoría de Medina del Campo a una financiación «descontrolada» a otras sociedades del grupo Invertaresa

Instalaciones de Isowat Made en Medina del Campo.-S. G. C.

Instalaciones de Isowat Made en Medina del Campo.-S. G. C.

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Ya está ‘visto para sentencia’ el concurso de acreedores de la factoría de construcciones metálicas Made, en Medina del Campo. El administrador concursal,Isaías González, presentó la pasada semana al Juzgado de lo Mercantil número dos de La Coruña el prescriptivo informe con el plan de liquidación. Se trata de un demoledor documento de 876 páginas que describe el lamentable estado en el que se encuentran las dos instalaciones de la sociedad: Isowat, en La Coruña, y Made, en Medina.

En resumen, el estudio arroja una deuda total de 69.545.334,59 euros, resultado de una larga suma de cuentas con 620 acreedores. Para cubrir esa ‘factura’ sólo cuenta con activos por valor de 33.217.818,04 euros que conforman, según el lenguaje de los contables, la ‘masa activa’. La empresa figura como demandada en 118 procedimientos judiciales abiertos por sus proveedores.

Para paliar la situación, el administrador propone una ‘quita’ con los demandantes, por una parte, y por otra pone precio a los bienes de las dos instalaciones de la entidad para que sean subastados en un cercano futuro. En este punto la situación aún es más asoladora ya que, pese a que esa ‘masa activa’ tiene un valor contable de 33 millones, a la hora de la verdad el precio de mercado no llega ni a 20.

Así, el valor de liquidación de la planta de Medina delCampo asciende a 12.065.854,58 euros, según la tasación encargada por el administrador concursal. La planta de La Coruña, por su parte, suma a esa cantidad otros 7.772.857,14 euros. En total las dos unidades productivas, que concurren unidas como una sola empresa al concurso de acreedores, suman un valor tasado de mercado de 19.838.771,72 euros.

El informe sólo está a la espera de la aprobación del Juzgado de lo Mercantil de LaCoruña. Cuando este órgano judicial dé el visto bueno, se abrirá un plazo de quince días para proceder a la subasta de los bienes, conforme a lo previsto en el artículo 149 de la Ley Concursal.

Colapso

El ‘colapso financiero’ de Isowat Made se debió, según concluye el administrador concursal, a una verdadera fuga incontrolada de dinero. Se detalla en un párrafo que merece la pena reproducir letra por letra: «A juicio de esta Administración Concursal, la verdadera razón que motiva el inevitable colapso financiero de Isowat Made es el hecho de haber estado financiando continuada y descontroladamente a las distintas sociedades del grupo Invertaresa, a las que la hoy concursada concedió recurrentes inyecciones de liquidez, en muchos de los casos, a sabiendas de que se realizaban a fondo perdido, puesto que no podía desconocer que las receptoras no tenían capacidad para devolver el numerario recibido».

Hubo un momento en que Isowat Made se convirtió en el «motor económico del grupo», afirma el estudio. Fue expoliada sistemáticamente, de forma que «iba cubriendo a demanda de las distintas partícipes, las necesidades de liquidez que estas requerían». Si bien en algunos casos esa financiación era devuelta, el caso más sangrante fue el de la filial Tarenor, cuya financiación no reintegrada ascendió a 13,2 millones de euros más intereses.

Lo que terminó desencadenando el actual estado de insolvencia fue la crisis de la mencionada Tarenor, directamente relacionada con el impago de Isolux Ingeniería S. A., declarada en concurso de acreedores en julio de 2017.

No obstante, las pérdidas acumuladas se remontan a varios ejercicios antes. Si los años 2014 y 2015 ya habían resultado ‘raquíticos’ para el volumen de la empresa, con unos resultados de explotación de 32.628 y 101.596 euros respectivamente, a partir de 2016 comenzó a anotar unos abultados números rojos. El ejercicio 2016 terminó con unas pérdidas de explotación de 12.285.783 euros, y el siguiente con 6.307.194. Los meses del presente ejercicio 2018, hasta la fecha del concurso, acumulaban ya 1.471.828,14 euros hasta el pasado 11 de mayo, cuando se declaró el concurso.

Esos tres últimos años de actividad acumularon más de 20 millones de euros de pérdidas, exactamente 20.064.760,14.

Por otro lado, el inmovilizado de la empresa también perdió valor. En concreto, diez millones de euros desde 2015. Mientras en ese ejercicio el total de activo no corriente ascendía a 48.118.143 euros, en 2018 su valor sólo suma 37.792.783,48. La práctica totalidad de esta minoración de valor se debió a una enajenación de inmovilizado material en 2016, ya que esta partida se redujo de los 25,3 a los 16,7 millones.

En resumen, la comparación de las deudas y la ‘masa activa’ arroja un déficit de más de 36 millones, exactamente 36.327.516,55 euros.

En casos distintos al de Made, al valor de las instalaciones propiamente dichas se suma, para calcular el precio de liquidación, el valor de la empresa ‘en funcionamiento’. En este punto, el informe sigue siendo desolador: «No creemos que sea posible realizar una valoración de la empresa en funcionamiento a la vista de que la compañía cesó de facto en su actividad varios meses antes de la declaración de concurso (lo que motivó que ya en el seno del concurso se acordase la suspensión de dicha actividad)», detalla la Administración Concursal. «Por lo que no es posible realizar proyecciones de continuidad del negocio que los acreedores puedan valorar como alternativa a la liquidación».

En parecidos términos se manifiesta con respecto a las instalaciones de Isowat, en La Coruña: «La hipótesis de continuidad de las operaciones arrojaría a nuestro juicio un importe sensiblemente inferior al valor de liquidación, toda vez que la reactivación del negocio implicaría necesariamente la dotación de ingentes cantidades de tesorería para financiar las necesidades operativas de fondos».

Con la coyuntura expuesta en el informe, sólo la ‘milagrosa’ aparición de un inesperado inversor podría evitar el cierre definitivo.

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