Diario de Valladolid

Guerra al botellón

Matapozuelos reduce el número de jóvenes bebiendo en las calles pese a que más de 2.500 personas llegaron en tren

Calle de Matapozuelos abarrotada de jóvenes.-J.I. FERNÁNDEZ

Calle de Matapozuelos abarrotada de jóvenes.-J.I. FERNÁNDEZ

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J. I. Fernández

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En el calendario de todo buen aficionado a las fiestas de los pueblos está marcado en rojo la noche del sábado de las fiestas de Matapozuelos. Uno de los municipios que se ha convertido en un referente. Un año más, sus calles acogieron a miles de personas que escogieron a esta localidad para divertirse. Según la estimación del alcalde, Conrado Íscar, este año, al igual que el pasado, se ha notado «algo menos de gente».

Botellón y fiestas son dos términos que lamentablemente van de la mano. Aquí es donde radica el principal problema de las fiestas de Santa María Magdalena. «Creo que cada año va siendo menor, pero todavía son muchos los problemas que supone», afirmó el alcalde que agradece el dispositivo montado por la Guardia Civil para evitar incidentes y controlar la situación sobre todo entre los menores de edad.

Lo que el alcalde lamentó es que Renfe refuerce el número de plazas y aumente los viajes para las fiestas. Incluso algunos trenes que normalmente no hacen parada en Matapozuelos, sí lo hicieron este fin de semana. «Contra esto no podemos hacer nada», apuntó Íscar, que maneja datos de que en la noche del sábado llegaron más de 2.500 personas en tren. «Hay que asumirlo pero tienen que entender que a muchos vecinos esto les supone un gran trastorno». Afortunadamente no se registró ningún incidente destacado entre las más que posibles 5.000 visitantes, fuentes no oficiales, que pasaron por el pueblo. Muchos de ellos aprovecharon que previamente se celebró en la plaza de toros la semifinal de la Liga de Corte Puro para hacer doblete.

Tras una noche de bares y calles repletas de personas, la imagen que deja la mañana es la de botellas, bolsas y tetabriks por los suelos. «La gente es algo más respetuosa y educada, pero todavía nos queda mucho por hacer», comentó el edil. Así, los servicios de limpieza se afanaron en recoger para no deslucir la jornada dominical. Con una barredora industrial tuvieron que trabajar los operarios y si en años anteriores todo estaba recogido en un par de horas, esta vez las tareas se han prolongado a cuatro.

La vorágine del fin de semana pasa y es el momento de vivir hoy el último día de fiesta para honrar a la Magdalena, en esta ocasión ya con mucha menos presencia de visitantes. Ayer fue un día especial, que además de honrar a la patrona, celebro que se cumplen 20 años que la iglesia fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en categoría monumento.

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