El interventor afirma que las cartas eran de ‘carácter fuerte’ y tenían que ir a pleno

Las cartas de conformidad firmadas por el exalcalde sin pasar por órgano municipal alguno ¿tenían la consideración de avales que comprometían al Ayuntamiento y, por tanto, requerían de un informe jurídico, de otro de la Intervención y necesitaban del visto bueno del pleno?

El conocimiento en la sesión de ayer de otras dos cartas de conformidad posteriores a las firmadas por León de la Riva, suscritas es este caso en 2013 y 2014 por la concejalía de Cultura y Turismo para la Feria de Valladolid, suscitó las dudas sobre la diferencia entre unas y otras y sobre la concejalía competente para su tramitación.

Por la declaración del interventor general del Ayuntamiento, Rafael Salgado, autor del informe sobre las tres firmadas por el exalcalde, la sala y los presentes conocieron que hay dos tipos de cartas de conformidad:las suaves, que no se considerarían avales, y las fuertes, que tienen esta consideración y que, como tal, requieren una tramitación compleja que incluye informe jurídico, de Intervención y del pleno.

Salgado, interventor desde 2012, concluyó que las tres ‘comfort letter’ suscritas por León de la Riva eran de «carácter fuerte» dado que implicaban un compromiso «mancomunado» del Ayuntamiento con la deuda, aunque también admitió que no se cumplían dos de los criterios que se requieren para considerarlas como tal.

Pero incluso con esta salvedad, no dudó al señalar que en los tres casos, tanto la firmada en 2008, como en 2010 y 2011, eran de carácter fuerte, como, según señaló, confirmó el Consejo Consultivo, y requerían un informe de la asesoría jurídica, informe de la Intervención y, para terminar, debían pasar por el plenario.

El interventor añadió que en el caso de la segunda, la de 2010, se requería además la autorización preceptiva de la Junta de Castilla y León puesto que existía un plan de reequilibrio financiero el Ayuntamiento y asumir los 100 millones de euros de deuda suponía superar el 133% de endeudamiento que fijaba la ley como límite. Más todavía, la operación debía de haberse comunicado a la Central de Riesgo del Ministerio de Hacienda. Antes de que lo hiciera Salgado declaró Jesús Velázquez, interventor hasta 2012, quien aseguró desconocer la existencia de las tres cartas de conformidad, si bien reconoció que León de la Riva «siempre» atendió las recomendaciones que le hizo en diferentes materias.

EL SECRETARIO SOSTIENE QUE LA DEUDA «SIGUE EXISTIENDO»

El secretario general del Ayuntamiento, Valentín Merino, otro de los testigos que pasaron ayer por la Audiencia Provincial, afirmó que la deuda de 400 millones que mantenía la Sociedad Valladolid Alta Velocidad con los bancos por la operación del soterramiento del ferrocarril está liquidada, aunque puntualizó que «sigue existiendo» dado que el dinero que abonó el Ministerio de Fomento se lo cobrará ahora con la venta de suelos. Merino dijo que las tres comfort letter «han dejado de tener efecto» desde que el Ministerio de Fomento decidiera poner los 400 millones, pero añadió que «lo que responde ahora de la deuda son los terrenos». Merino aseguró que «en ningún momento» escuchó comentario alguno sobre la existencia de las cartas de conformidad y ratificó la declaración del interventor general en el sentido de que para su aprobación necesitaba un informe previo y luego pasar por el pleno municipal.

Cerró las declaraciones la jefa de la Oficina Presupuestaria del Consistorio, Nuria Guerrero, quien señaló que la concejalía de Hacienda debía conocer el contenido de las cartas de conformidad, aunque la Sociedad Valladolid Alta Velocidad no depende del Ayuntamiento, dado que afectaba al nivel de endeudamiento.