Las comunidades de vecinos de Valladolid acumulan una morosidad de 17,5 millones

Las comunidades de vecinos vallisoletanos continúa sufriendo impagos de los propietarios a pesar de la recuperación económica de los últimos años y al descenso de la morosidad en todas las provincias del país.

La reducción de la deuda de los vecinos no ha impedido que Valladolid sea de nuevo la provincia castellano y leonesa con mayor morosidad: 17,52 millones de euros en 2017, según el último estudio del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas.

En el caso vallisoletano, la morosidad se ha reducido un 2,59% respecto a 2016, ejercicio en el que se contabilizó la morosidad en 17,99 millones de euros. Valladolid suma así un segundo año consecutivo con unos impagos de los vecinos por debajo de los 20 millones, cifra que se superó durante los años de la crisis.

Salvador Díez, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Valladolid, se muestra ante este diario «satisfecho» por la tendencia descendente de la deuda de los vecinos. «Parece que la economía va recuperando buen tono, y nos confirma que esta es una tendencia continuada y sostenible», explica Díez.

El representante de los administradores de fincas vallisoletanos asegura que no hay un motivo «claro» que explique por qué en Valladolid hay más morosos. Además de que hay más población que vive en Valladolid que en el resto de provincias, Díez afirma que también hay un mayor número de segundas residencias.

«Los puntos vacacionales acumulan más morosidad que donde vives», explica el presidente del colegio vallisoletano, porque, asegura, si no puedes pagar prefieres no pagar en la casa en la que vives solo dos o tres meses al año.

Valladolid no es la única provincia de la Comunidad cuya morosidad se ha reducido en los últimos años. De hecho, todas han vivido esta tendencia y han ido solventando, poco a poco, sus deudas con las comunidades de vecinos.

Aparte de Valladolid, la otra provincia con una morosidad vecinal superior a los diez millones es León (con 11,84), que ha bajado un 5,09% desde el año anterior. Después se encuentran Burgos (9,60 millones), cuya morosidad se ha reducido un 1,5% –la menor bajada de Castilla y León y de España–; Salamanca (8,54 millones), que ha notado un descenso de su morosidad en un 5,09% en 2017; y Zamora (6,68), provincia que ha sufrido una reducción del 5,82% respecto a la morosidad registrada en 2016.

Según explica el presidente del Consejo de Colegios Profesionales de Administradores de Fincas de Castilla y León, Sergio Carrasco, estos niveles de deuda se deben, principalmente, a cuestiones demográficas y poblacionales.

Ávila ha contabilizado un descenso del 6,24% –el mayor de España– hasta los 5,8 millones de euros, cifra superior a los 5,29 de Palencia (con un descenso del 2,36%), los 5,17 de Segovia (bajada del 4,08%) y los 2,53 millones de Soria, provincia con la morosidad más baja del país y que ha registrado una reducción de la morosidad del 2,18% respecto a 2016.

En total, los propietarios de Castilla y León deben 72,98 millones de euros a sus comunidades de vecinos, lo que supone el 4,56% de la morosidad estatal, fijada en 1.601,23 millones de euros en 2017, un 3,88% menor que en el ejercicio anterior, con un descenso similar al de la Comunidad (3,85%).

Otro aspecto que analiza el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas es la morosidad de las entidades financieras, que en Castilla y León es de 14,83 millones de euros, un 3,22% menos que en 2016. Así, la morosidad de los bancos en Castilla y León es la séptima más elevada del país, por detrás de la deuda en Andalucía (61,52 millones), Cataluña (49,52), Madrid (43,42), Comunidad Valenciana (33,96 millones) y las Islas Canarias (16,91).

LOS BANCOS, MOROSOS

Carrasco asegura a este diario que cuando los bancos se hacen cargo de las propiedades, carecen de la infraestructura y los medios necesarios para pagar la deuda acumulada. «No sabían ni los medios que tenían», asegura. Ahora muchas entidades tienen oficinas en la zona que se han hecho cargo de las deudas, lo que explica la bajada de la morosidad bancaria. Carrasco confía en que la tendencia continúe a la baja a medida que la economía siga mejorando.

«Muchas entidades se quedaron con el patrimonio abandonado por el colapso de la construcción», añade Díez, el responsable vallisoletano. «Los propietarios conseguimos cobrar la deuda cuando los bancos venden el piso», por lo que, como el sector inmobiliario comienza a recuperarse, la morosidad financiera va reduciéndose, aunque en Castilla y León este fenómeno sea más lento que en otras comunidades autónomas.