La acusación avisa a la dueña de Vibolid que no habrá pena pactada
Julia María se sienta en el banquillo 13 meses después, tras huir al extranjero / El otro gran huido de 2017, que robó 909 toneladas de trigo a Acor, sigue fugado
La fuga de Julia María Á. H. a Polonia durante 10 meses ha tenido una consecuencia inocua –no va sumar más pena por la fuga–, pero sí otra desfavorable, ya que no va a beneficiarse de una condena pactada y más reducida. Ya no se fían de ella.
Cuando la dueña de Viajes Vibolid –que estafó supuestamente a 42 clientes con una apropiación de 82.400 euros– se fugó el pasado año, había logrado una condena de conformidad con las partes. Solo le quedaba firmar el pacto en el juicio que se iba a celebrar el 25 de abril de 2017 en la Audiencia de Valladolid, pero no se presentó.
Ahora no gozará de esta posibilidad y se enfrenta a los seis años que pide el fiscal por un delito continuado de apropiación indebida y alternativamente de estafa, la misma pena que interesa la acusación particular que defiende a la mayoría de afectados.
«Nos ha llamado a la acusación particular para decirnos que nos olvidemos de una condena de conformidad», explicó la letrada de Julia María. Esta abogada aseguró que, además, su patrocinada no estaba por la labor de reponer el dinero reclamado de antemano. Al menos eso mantenía antes de la reunión que iba mantener con ella en Villanubla para preparar el juicio. Julia llegó el jueves al penal vallisoletano. «Interesaremos la absolución», indicó, argumentando que los viajes se cancelaron por causas ajenas, generando gastos, pese a todo.
fugado al caribe
El juicio coincide con el primer aniversario de la segunda ‘gran fuga’ del año pasado. Todo ocurrió tras el espectacular saqueo de 909 toneladas de trigo de Acor el 13 de mayor de 2107 en un almacén en Mojados. La guardia civil logró detener a dos implicados, pero el cabecilla, Javier C., dueño del silo, se fugó, supuestamente al Caribe, y desde entonces está en paradero de desconocido, según informaron fuentes policiales y reafirman en su pueblo: «Aquí nadie le ha vuelto a ver el pelo», insistieron.