«El turismo es el último milagro de Santa Teresa»

Jorge Zazo es párroco de San Juan Bautista de la ciudad de Ávila. Doctor en Teología, se ocupa de las cuestiones culturales de la diócesis y también de la pastoral juvenil. Además, es el delegado diocesano para el Jubileo Teresiano que, a partir de ahora, se celebrará siempre que la festividad de la Santa caiga en domingo, como sucede este año. Pero el Año Jubilar llega con tres nuevas rutas de peregrinación, que permiten seguir las huellas de la Santa por la geografía cultural y turística de la provincia. Jorge Zazo ha recorrido todos estos lugares, como buen senderista y montañero asiduo a Gredos. Por eso valora las rutas turísticas como una oportunidad para acercarse a la figura de la Santa andariega.

Pregunta.- ¿Qué es el Año Jubilar Teresiano?

Respuesta.- Son 365 días para poder ganar la indulgencia en un templo de la Diócesis de Ávila dedicado a Santa Teresa o relacionado con ella.

P.- ¿Y cómo se gana esa indulgencia plenaria?

R.- Es un exceso de misericordia: no solo soy perdonado, sino que también estoy desvinculado del mal que mi pecado ha hecho. Se gana visitando un lugar santo, confesándose y comulgando.

P.- ¿El Año Jubilar Teresiano puede aportar algo a los no creyentes?

R.- Varias cosas: acercarse a una mujer extraordinaria, como fue Santa Teresa; conocer paisajes fantásticos; y también permite al ser humano hacerse preguntas.

P.- ¿El voluntariado es clave?

R.- Sin el voluntariado, la iglesia no podría hacer nada, y menos en un Año Jubilar. La iglesia vive de la ayuda generosa de quienes dedican su tiempo a colaborar.

P.- Coincidiendo con el Año Jubilar, tres nuevas rutas de peregrinación se han puesto en marcha, con trazados relacionados con la Santa por la provincia de Ávila... ¿Cuáles son los principales hitos?

R.- Yo diría que los más representativos son Becedas, El Barco de Ávila, Piedrahíta y Bonilla de la Sierra, en la denominada Ruta de la Salud; Sotillo de La Adrada y Cebreros, en la Ruta de los Caminos y Posadas; y Arenas de San Pedro y toda la naturaleza que hay al sur y norte de Gredos, integrados todos estos pueblos en la Ruta del Confesor.

P.- ¿Qué daría por recibir la visita del Papa y verle transitar por algunas de ellas?

R.- Le daría las gracias a Dios.

P.- ¡El turismo teresiano parece el último milagro de la Santa!

R.- Pues sí, parece un milagro y sería un milagro muy necesario, pues las rutas teresianas contribuyen a luchar contra la despoblación. Porque Castilla y León sufre este problema, pero también sufre desconocimiento y desinterés por una parte del resto de España y a veces del extranjero. Es importante revalorizar esta tierra, que tantas cosas buenas ha dado y todavía puede dar.

P.- ¿Cómo hace el peregrino para no perderse?

R.- No hay flechas amarillas, como en el Camino de Santiago, pero sí indicaciones, como las de cualquier sendero. Por eso es muy fácil situarse, y lo será más a partir de abril, porque ahora las nieves puede complicar un poco las travesías montañosas.

P.- ¿Con qué Puerta Santa se queda? ¿Con la de Santiago de Compostela o con la del Convento de Santa Teresa?

R.- Dependiendo del Año Santo que se esté celebrando. Será difícil que coincidan, así que a cada Santo lo suyo.

P.- ¿Usted es más de La Encarnación o de San José?

R.- Eso es como preguntar a un niño si prefiere a su papá o a su mamá. La Encarnación es la casa madre y San José es el hermano mayor.

P.- Al margen de Ávila, dígame un lugar teresiano de obligada visita.

R.- Fontiveros, aunque no sea pueblo teresiano como tal. Está en la ruta que primero se trazó, la denominada De la Cuna al Sepulcro. Aquí es donde más cultivada está la presencia de la espiritualidad de Teresa y de San Juan de la Cruz, porque aquí nació el místico.

P.- ¿Usted gasta mucha zapatilla?

R.- Subo a las montañas prácticamente todas las semanas. Soy asiduo a Gredos y he hecho todas las rutas teresianas, excepto un tramo entre Chamartín y Ávila.

P.- Nunca se deja de hablar de ella y cae bien a todo el mundo, incluso a los no creyentes. ¿Qué tiene de especial Santa Teresa?

R.- Fue una mujer sincera, abierta a la trascendencia, maestra de oración y humanidad.

P.- ¿Su mensaje sigue teniendo vigencia?

R.- Absolutamente. Mucho mejor nos iría si la hiciéramos más caso.

P.- ¿Cómo debe ser interpretado hoy?

R.- Habría que dejarse interpretar por ella porque es bastante directa. Tiene tanta viveza su escritura… El tema no es tanto cómo yo debo leerla a ella, sino cómo sus palabras son capaces de interpretar mi propia vida y de cuestionar mis decisiones.

P.- Mujer valiente, reformadora, andariega… ¿con qué Teresa se queda?

R.- Reformadora.

P.- Cambiando de tercio, lleva años dedicado a la pastoral juvenil. ¿A qué retos se enfrenta hoy este ámbito?

R.- En una ciudad pequeña como Ávila, el problema no es que la gente no crea, sino que piensa que ya lo sabe todo sobre la fe. Por eso a veces falta descubrir la alegría del primer encuentro.