Diario de Valladolid

Las colmenas echan sus redes en el Ebro

beBee, la red social con más de 12 millones de usuarios, abre una factoría de desarrollo en la localidad burgalesa de Miranda / Creará cinco puestos de trabajo y estará en funcionamiento en septiembre / Si el modelo triunfa, se replicará en Salamanca y Valladolid

El mirandés Javier Cámara en las instalaciones de beBee en Madrid.-E.M.

El mirandés Javier Cámara en las instalaciones de beBee en Madrid.-E.M.

Publicado por
Estibaliz Lera

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Es un arte que necesita aptitudes como la destreza o la paciencia y, sobre todo, nervios templados para trabajar sin molestar. La apicultura es la actividad dedicada a la crianza de las abejas, unos insectos que se caracterizan por ser trabajadores, colaboradores y organizados. Su modelo nada tiene que envidiar a una cadena de montaje, ya que cada miembro desempeña su labor para lograr productos únicos, como son la miel, polen y propóleo, pero también trabajo y pasatiempo. Sí, como lo

leen, colmenas para unir a los usuarios a través de su profesión y sus aficiones.

beBee es una red social de networking, donde sus más de 12 millones de abejas en todo el mundo pueden encontrar, mediante las cerca de 23.500 colmenas, desde un socio para emprender una aventura profesional hasta un compañero con quien relacionarse a partir de intereses en común.

El vitoriano Juan Imaz y el mirandés Javier Cámara son los dos cerebros que se encuentran detrás de esta plataforma basada en la afinidad, que nació en 2015 y está presente en más de 100 países. A sus sedes corporativas de Madrid y Nueva York, se sumará a partir de septiembre una factoría de desarrollo en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro. Allí, en la tierra de Cámara, comenzarán a zumbar de una forma diferente y si el modelo funciona, lo replicarán en Salamanca y Valladolid.

Para esta aventura, que comenzará en el Vivero de Empresas, contratarán a cinco personas con un perfil innovador, si bien la idea es trasladarse en unos meses al Parque Tecnológico y ampliar la plantilla. beBee marcará un antes y un después porque se convertirá en la primera empresa «100% digital» y esto, según su fundador, es una oportunidad para que otras compañías del sector sigan sus pasos.

La nueva línea de producto que van a desarrollar es una plataforma colaborativa entre profesionales que permita generar un networking «más efectivo», donde «no se acumulen seguidores, sino que los usuarios cumplan sus metas», señala. Y es que las abejas que conforman los panales son muy variadas: desde las que muestran su marca personal hasta las que buscan clientes, pasando por las que quieren vender sus productos. «Cada una tiene objetivos diferentes y queremos que todas puedan cumplirlos con funcionalidades que ahora mismo el mercado no cubre», expone .

¿Por qué Miranda? La razón principal es porque Cámara quiere «devolver» a su tierra «una parte» de todo lo que le ha dado. A esto se une, cuenta, un hábitat empresarial idóneo, diseñado en base a las circunstancias ideales para que las empresas se desarrollen y crezcan. Un entorno con «condiciones únicas» que favorece como ningún otro lugar el desarrollo de actividades empresariales estratégicas, innovadoras y sostenibles.

El CEO de beBee estudió en el colegio Sagrados Corazones y entre clase y clase decidió que su futuro se escribiría en código binario. No cursó Informática en la Universidad de Deusto por vocación, sino «por salidas profesionales». Una circunstancia que no mermó, ni lo más mínimo, su ánimo porque incluso antes de terminar la licenciatura ya trabajaba en lo suyo. Comenzó el Grupo IPT (Industria de Turbo Propulsores), situado en el Parque Tecnológico de Zamudio en Vizcaya. Un lugar lleno de talento, en el que conoció a dos consultores de la multinacional tecnológica estadounidense Oracle. Estos despertaron en el mirandés el gusanillo de triunfar en la capital de España. Así que no se lo pensó dos veces y, petate a la espalda, se trasladó a Madrid.

En Oracle ascendió, ascendió y ascendió y siendo un chaval se sentía millonario: «Ganaba 500.000 de las antiguas pesetas». Pero ni el sueldo ni las buenas condiciones laborales le llenaban. Javier quería ser feliz «volando solo». Unas ansías que su familia, en parte, frenaba: «Mi madre me decía que estaba loco por dejar Oracle». Pero decidió cambiar su futuro y se fue «con una mano delante y otra detrás» a perseguir su sueño.

Un sueño que tejió con Juan Imaz. «Nos juntamos el hambre con las ganas de comer; él tiene un perfil más comercial y yo más tecnológico». Y ya van por el tercer proyecto juntos y todos igual de exitosos. ¿Por qué será? Su talento se fusiona y llega a esos rincones que nadie explora, no sabe si por miedo o por desconocimiento, pero lo único que tiene claro es que no se arrepiente y que el emprender «nace y se hace». Pone su caso como ejemplo: «Yo me he hecho, pero también es verdad que hay que tener esa capacidad para asumir riesgos», subraya muy emocionado.

Y es que no puede estar más contento, va a desarrollar su proyecto en la ciudad en la que está su familia, sus amigos, en definitiva, su gente. «Nuestra idea es tener equipos de trabajo diversificados y demostrar que en este país se puede crecer fuera de Madrid o Barcelona», remarca, antes de añadir que reclutarán talento con la ayuda de, entre otros centros, el Instituto Técnico Industrial de Miranda (ITM).

Para Javier Cámara, el gran problema de Castilla y León para fijar empresas es la falta de ayudas «reales». «Las empresas se instalan donde las condiciones son favorables y aquí no tenemos ni ventajas fiscales. De ahí que muchas compañías de Miranda de Ebro se ubiquen en el País Vasco, desde donde se abren paso», sentencia.

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