Diario de Valladolid

ENTREVISTA A FRANCISCO DE LA ROSA, CANDIDATO DE UNIDAD POPULAR AL CONGRESO

«Pregunto a Podemos si el fin justifica los medios»

Heterodoxo, crítico y autocrítico, representa a una izquierda que reivindica «experiencia y coherencia sin personalismos»

Francisco de la Rosa en el patio del Ayuntamiento de Medina-Pablo Requejo

Francisco de la Rosa en el patio del Ayuntamiento de Medina-Pablo Requejo

Publicado por
Miguel A. Vergaz

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Nacido, criado y apasionado de Medina del Campo, Francisco de la Rosa (1965), candidato al Congreso por Valladolid de Unidad Popular podría pasar por el filtro de Mariano Rajoy, pues fue concejal de IU en Ayuntamiento medinense ocho años. Pero ahora es un candidato con la suerte de cara en las encuestas, que pertenece a una formación nacional –Unidad Popular– a la que no se invita a los debates electorales. Una situación que le indigna mucho, aunque tiene una visión amplia de un pasado y de un futuro de la izquierda en los que el 20-D es sólo una fecha. «Soy un activista social que va a las elecciones todos los días», señala. Y augura que los cocineros de encuestas probarán el amargo sabor de ingredientes equivocados.

Pregunta.- La verdad, tal como pintan las cosas, le trataría a usted como una especie de candidato outsider.

Respuesta.- Haga lo que quiera. Soy el mismo de siempre en la situación de siempre, porque siempre hay una excusa para ocultar la voz de la izquierda. Es indignante. Con el bipartidismo, PP y PSOE nos relegaban. Ahora, saltándose el reglamento que da preferencia a las fuerzas con representación parlamentaria, nos apartan de los debates porque no estamos en ‘la tendencia de voto’. Bueno, pero el hecho es somos tercera fuerza en el Congreso, en las municipales y en las europeas.

P.- Recurran a la Junta Electoral.

R.- Claro, un tironcín de orejas a Atresmedia o a Prisa y todo solucionado. Además, ¿de qué criterio hablamos? Todas las encuestas, por cocinadas y precocinadas que estén, hablan de un 40% de indecisos ¿Por qué se supone que no ocupamos ningún lugar? Estoy seguro de que habrá una sorpresa. Lo veo en los llenos de Garzón incluso en feudos del PP.

P.- Se refiere a una indecisión de votarles a ustedes o a Podemos.

R.- Pues sí y es un asunto que lamento mucho. Me he pasado recorriendo la comarca el puente del Constitución y el primer asunto que pregunta la gente es por qué no vamos juntos aquellos que compartimos ideas y análisis. Pero ya no es tiempo. Yo mismo le dije a Alberto Garzón que a un mes de las elecciones no podíamos marear la perdiz cuando por parte de otros entra en juego el marketing político. Y nosotros estamos en otra cosa.

P.- Veo un tweet de Unidad Popular: se ve el dibujo de los atriles para el debate PP, PSOE, C’s y Podemos. Con un lema: como no pasabais por el aro lo hemos hecho más grande. Traducido: para ustedes Podemos pertenece ya a un sistema que les excluye.

R.- Eso lo afirma usted, yo no. Yo prefiero preguntar qué ha pasado para que gente que estuvo en la asamblea constitutiva de Toma la Palabra en la Plaza de la Universidad de Valladolid esté ahora en Podemos. Y, sobre todo, pregunto a Podemos si el fin justifica los medios. Una organización que vuelve al líder intocable, que luce ego, que hace fichajes ‘estrella’ y mediáticos, que corre a debates en los que se excluye a fuerzas políticas que, como IU, apoyaron que ellos sí estuvieran en debates como los de Andalucía...

P.- Y hay que votarles a ustedes por...

R.- Porque somos coherentes con lo que decimos, gente de la calle con trayectoria a la que si quiere unirse alguien debe hacerlo en plano de igualdad, para quien el camino que lleva a los objetivos es muy importante. Que le preocupa la causa última de las cosas y no la imagen. Que nos hemos abierto para diluir los personalismos que tanto daño han hecho y hacen a la izquierda. Cuyos representantes hemos sido elegidos en las únicas asambleas abiertas que nadie ha celebrado. Garzón está ahí porque le han votado 25.000 personas. Si el 15-M fue movimiento para el empoderamiento de la gente, está claro que alguien no entendió el mensaje, pero nosotros sí.

P.- Claro está, ustedes no cometieron ninguna equivocación para que les comieran el terreno...

R.-Vaya que no. Cuando PabloIglesias era cercano y regresó de las últimas elecciones gallegas con excelentes resultados dijo a IU en Madrid cuáles eran las cosas que había que cambiar.Pero se encontró a una cúpula que vivía muy bien instalada en el 5% de la representación. Teníamos savia nueva a rebosar, pero fuimos a las europeas con candidatos gastados y forzados. Ahí fue cuando todo se fue al garete, pero también el comienzo para trabajar. Ahora estamos así y tras el 20-D seguiremos intentando aglutinar más.

P.- Estamos en campaña. Hábleme de un buen y un mal momento vivido hasta ahora.

R.- Mire, me considero un activista social. Estoy de campaña todos los días como una manera de vida, de mirarme al espejo. Pero sí, el otro día pasé un momento muy malo en un debate con Tomás Burgos. El hombre que ha trasvasado fondos de la Seguridad Social paras otros fines, que ha apretado las clavijas a los más débiles, no pidió disculpas, como si nadie hubiera sido afectado por las medidas. Una frialdad insoportable que me indignó en lo más profundo. Nadie puede dudar de que Juan Vicente Herrera es del PP. Pero jamás le he visto actuar así. Sé que se preocupa por la gente que ha quedado por el camino aunque, por supuesto, no esté de acuerdo con él.

P.- Por cierto, trabaja en una cooperativa del mueble en Medina. Esa condición de trabajador y de empresario le da una óptica especial. A los sindicatos y organizaciones empresariales no suelen gustarles es mezcolanza de roles de la economía social.

R.- Es cierto. La mayoría de los empresarios que he conocido como cooperativista y como concejal son de pymes. Básicamente se diferencian de un trabajador en que cuando éste desconecta un domingo, el empresario suele estar preocupado por cómo organizar las cosas el lunes. Pero mucho tiene la tara cultural muy española de que cuando vienen las vacas gordas prefieren comprar un Mercedes que reinvertir. Por su parte, los sindicatos, a los que apoyo en sus reivindicaciones, deberían hacérselo de mirar. Se han convertido en sindicatos de servicios y no de clase y generales. No creo en ese paternalismo perverso por el que los trabajadores que no se movilizan son beneficiados por los que sí lo hacen. La gente debe ser responsable de sus decisiones y creo que ahí nace el verdadero compromiso con la empresa.

P.- Vaya usted a hablar con los empresarios, no parece un ‘rojo’ muy temible.

R.- Es que ya lo he hecho, durante horas y horas en las que ese cliché del rojo intervencionista cae si se analiza la realidad.

P.- Explíquese.

R.- Parta de una base. A estos empresarios les importa muy poco que se abarate el despido, lo que quieren es que haya negocio. Y para eso necesitan un crédito que se les ha cortado para salvar a Bankia, cajas, agujeros financieros sin cuento... Sin que se haya creado un banco público que manejara los fondos del ICO. Los manejan los bancos privados. Y les dicen no. ¿Es difícil estar de acuerdo en un despropósito? Pues no. Como no es difícil estarlo en que las grandes inversiones como el AVE en Valladolid han supuesto más pérdida que ganancia. ¿Cuánto han bajado las pernoctaciones por negocios? ¿Cuántos profesionales han cambiado su despacho de Valladolid a Madrid y vuelven cada día?

P.- Hablemos de los grandes capitales que saldrían volando si usted y otros como usted entran por la puerta del Congreso y que impedirían el gasto social que defienden.

R.- Perdone, pero pagarían los mismos que estamos pagando ahora. Pero desde una soberanía económica. La economía que cuida de nuestros mayores, de nuestros niños, no puede competir desde una óptica mercantil, pero es sobradamente rentable. Aquí, en Medina, concedieron un servicio de guardería a una gran empresa porque bajaba en 35 céntimos el menú de los niños. La empresa obliga a la directora a ser autónoma. La alternativa era una empresa social que crearía cuatro empleos. Hace poco estuve en un pueblo de Ávila que hizo un comedor social para los mayores: comen caliente, están vigilados, se relacionan y vuelven a casa. ¿Es eso más caro que mandarlos a una residencia por 1.400 euros cada uno?

P.- Hay otro frente utópico: el buenísimo de sus propuestas internacionales que ya se ha llevado de calle a la izquierda en Francia. Les acusan de intentar matar a besos a los yihadistas.

R.- Ya. ¿Sabe? España ha vendido armas a Arabia Saudí que han acabado en el Estado Islámico que ahora se bombardea. Los que han negociado y toman esas decisiones nunca ponen la sangre. La ponen, sobre todo, ciudadanos de Irak, de Siria o de Turquía y, de vez en cuando, del mundo occidental. Muy bien. Le digo que lo utópico es pensar que con ese orden de cosas se pueda encontrar la paz.

R.- ¿De verdad no se ha sentido un poco solo con esas ideas en medio de una provincia que es un granero del PP?

P.- No. El granero no está tan repleto. Se basa en la fidelidad de un franja de edad de personas mayores y en una ley electoral que permite hacerse con un provincia con el 25% de los votos. En cuanto a mí, estoy feliz en una cercanía con los vecinos que permite conocer muy bien los asuntos. Y sé que esto va a variar mucho a partir de ahora con el fin del bipartidismo.

R.- ¿Por?

P.- El voto rural es un voto cautivo. Por motivos profundos, culturales, la gente no vota lo que quiere y a quien quiere. Vota al que tiene dos tractores por si algún día tiene que pedirle uno. Y esos dos tractores es la Diputación y su red de clientelismo. Ese modelo se está tambaleando, la figura de autoridad del PP, también.

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