Diario de Valladolid

DÍA SIN COCHE

Un «éxito» verde con el comercio en contra

Vélez salda en positivo el ‘Día sin mi coche’, aunque reconoce que faltó «afinar» con quienes trabajan en el centro

Una imagen singular captada ayer de la calle López Gómez habitualmente saturada de tráfico.-J. M. Lostau

Una imagen singular captada ayer de la calle López Gómez habitualmente saturada de tráfico.-J. M. Lostau

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Miguel A. Vergaz

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«No estamos rodando una película de Amenabar, es el Día sin mi coche». El tuit publicado por el Ayuntamiento de Valladolid sobre media mañana de ayer iba acompañado de fotografías de varias calles con la inusitada estampa de la ausencia de vehículos que evocaba, a escala vallisoletana, el impactante arranque de Abre los Ojos con un desértica Gran Vía.

Imágenes que no podían superar las extrañas sensaciones ‘en vivo’ del primer día de restricción obligatoria del paso de vehículos particulares por el centro de la ciudad. Ciclistas que circulaban por el medio de la calzada y sin las manos en el manillar; padres que veían sin espanto cómo sus hijos podían cruzar por cualquier punto de calles a diario imposibles, como López Gómez o Santuario. Sin vehículos, el paso de los autobuses más repletos tenían algo de barcos, más enormes que a diario y a velocidad de crucero.

Para el concejal de Movilidad, Luis Vélez, la jornada de ayer resultó «un éxito». A falta de datos más precisos, consideró salvado el momento más temible: la salida de los colegios a las 15.00 horas. «Por lo que nos han comunicado los agentes de la Policía Municipal la gente estaba, por lo general, suficientemente informada y no se han dado incidentes». También aseguró que una primera información procedente de los conductores de Auvasa confirmaba un uso «muy superior» de los autobuses urbanos, en las líneas que cruzaban el centro.

Pero también hubo fallos. Entre ellos, admitió la congestión de la calle Gondomar a la salida de los colegios, «aunque las obras que hay en ella (y que ocupan de dos de sus cuatro carriles) fueron la clave».

Reconoció que ya sabía del disgusto de algunos ciudadanos. «Se ha intentado que la medida no afectara a los residentes del centro y creo que se ha conseguido», señaló el edil. «Sin embargo, es cierto que las personas que trabajan en el centro han tenido dificultades y eso es un aspecto que debemos afinar el año que viene».

Con todo, cree de la experiencia del día, así como del resto de la Semana de la Movilidad en la que está inserto, se extrae información «valiosa» para futuras actuaciones. «Esto no es flor de un día».

Tal como estaba previsto, a las 11.00 horas varias patrullas de la Policía Municipal procedieron a cerrar hasta las 22.00 horas un perímetro de 1.058.822 metros cuadrados y 30 vías: San Quirce, Cardenal Torquemada, Santa Teresa, Gondomar, Chancillería, Ramón y Cajal, Colón, Cardenal Mendoza, Pedro Barruecos, Acibelas, Caden, Vega, Plaza España, Miguel Íscar, Plaza Zorrillla, Paseo Zorrilla, San Ildefonso e Isabel la Católica.

«Día sin coches, día sin clientes». Con esa equivalencia explicó el presidente de Avadeco, Alejandro García Pellitero, la jornada de ayer. «Puede que haya sido un éxito para el Ayuntamiento, pero no para el comercio: ha sido uno de los peores días del año».

Está convencido de que hay una relación causa y efecto: «La gente ha tenido miedo de bajar al centro, había mucha desinformación y eso se prueba en las llamadas recibidas de clientes que preguntaban si estábamos o no dentro de la zona afectada. No ha sido una experiencia de peatonalización, sino de aislamiento. Además, que los niños no tengan por la tarde colegio era una invitación a acudir a grandes superficies».

La falta de información fue una de las dos ‘pegas’ que puso ayer el presidente de la Agrupación Radio taxi, Roberto Merino. «El saldo del día ha sido, no cabe duda, positivo, pero no habría sido necesaria más publicidad. Y han existido dificultades en los recorridos alternativos».

Aunque desde la Asociación de Hosteleros no quisieron realizar ayer una valoración, pero las terrazas de la Plaza Mayor y España no parecían atestadas sobre las seis de la tarde y algunos de los responsables establecimientos del perímetro cerrado preguntados por este periódico no mostraban ayer mucho entusiasmo.

«La gente que venía en coche a por los niños y aterriza pronto eran el café seguro y hoy, desde luego, no han estado», lamentó uno de ellos.

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