Es obligado actuar para frenar ya los brotes
EL CORANAVIRUS ESTÁ aprovechando el verano, ese período en el que debido a las altas temperaturas los epidemiólogos auguraban que su efecto iba a ser mucho menor, para rebrotar con toda su virulencia. Tanta, que hace recordar los momentos más duros de la pandemia, aquellos que obligaron a declarar el estado de alarma y a confinar a la sociedad.
La cifra de contagiados y los brotes de Covid-19 siguen al alza un día sí y otro también y ni siquiera las buenas noticias del fin del confinamiento de Íscar y Pedrajas puede ocultar la realidad: el virus vuelve a estar más activo que nunca y sus efectos se notan en el número de personas que se contagia. Claro que a esta propagación, y es algo que debe decirse y remarcarse, está contribuyendo la relajación de costumbres de los ciudadanos, algo a lo que la estación estival también invita, lo que no debe servir como excusa.
Es obligado que la ciudadanía, los castellanos y leoneses entiendan de una vez por todas que está en juego su salud y la del resto y que cuando se imponen una serie de medidas y de restricciones no se hace por capricho o para fastidiar a nadie. Todo lo contrario, las medidas que se adoptan vienen a tratar de frenar al coronavirus para que cuanto antes pueda salirse de esta nueva normalidad y volver a aquella que se tenía antes del estado de alarma.
Por eso, deben aplaudirse las decisiones adoptadas por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas y todas aquellas, por graves que puedan parecer, que sirvan para acabar con los rebrotes y con los contagios. Medidas que, eso sí, tienen que llegar acompañadas de las ayudas necesarias para paliar los efectos perversos que provocarán en sectores como el del ocio nocturno.
Profesionales que, como bien señalan, no pueden ser los paganos ni los cabezas de turco de esta grave situación. Empresarios y trabajadores a los que no se les puede dejar en la estacada, pero que también deben entender que es la gravedad del momento la que obliga a tomar estas decisiones. Eso sí, medidas que tienen que llegar avaladas por la ley, como todas aquellas que se adopten.
La realidad es tozuda y mirar para otro lado pensando que todo está controlado devolvería todo a la casilla de salida. Por eso, hay que actuar para frenar los brotes.