Empezar por asumir errores, las culpas llegarán después
EDITORIAL
Rogar, pedir y exigir serenidad, comprensión y prudencia va a ser una norma inalterable durante esta crisis. Una norma que irá adquiriendo intensidad con el paso de los días que acarreará lo peor de esta guerra, que todavía está por llegar. Sin embargo, a quien ya resulta difícil pedir comprensión y serenidad es a los profesionales sanitarios de Castilla y León que luchan contra la pandemia y enferman contra la pandemia a diario por la sencilla razón de que no se les ha dotado de los mínimos medios de protección . Eso sí que es incomprensible. Juzgados de todas las provincias corroboran lo que ocurre y otorgan razón legal al lamento de los sanitarios.
Los sanitarios mantienen intacto su compromiso y sacrificio . Pero lo que han agotado es la paciencia con las autoridades encargadas de protegerles y dotarles de los medios necesarios. Después de casi un mes gritando a los cuatro vientos que carecían de las más mínimas protecciones han optado por el comprensible camino de unir a sus protestas una demanda contra la autoridad sanitaria de Castilla y León, regida también por una médico, Verónica Casado . Es la contundente respuesta judicial, en forma de demanda, de las organizaciones colegiales de médicos de Castilla y León, contra la inoperancia.
Hay algo que sigue siendo incomprensible y es ¿cómo es posible que en el día cero del estado de alarma , y antes, no hubiese material en los hospitales y centros sanitarios? Eso no es culpa del gobierno central, que se está evidenciando como absolutamente incompetente, cuando no negligente en la gestión, compra y distribución de los suministros, que se ha arrogado con la declaración del estado de alarma. Nadie ha explicado todavía cómo es posible que algunas industrias de la comunidad tuvieran en sus almacenes más material que los hospitales. Aunque la respuesta es sencilla:la mínima previsión del día a día, no de una contingencia extraordinaria.
El desastre, por la inexplicable lentitud, del gobierno de Sánchez es más que patente en la dotación de materiales. Pero en lo que compete a la administración autonómica, la disposición de material inicial, que no había, como han denunciado hasta la saciedad los profesionales sanitarios, tiene muchas sombras. No basta con desviar el tiro todo el día hacia el gobierno de Pedro Sánchez.
A Sánchez lo que es de Sánchez y a la Junta lo que es de la Junta. Tratar de desmentirlo o decir lo contrario es tanto como llamar mentirosos a los profesionales sanitarios de Castilla y León que se han puesto en primera línea de batalla contra el coronavirus desde el principio, y luego han preguntado por sus materiales. Más compromiso es imposible.
En aras no ya de la transparencia, sino de la verdad y el respeto a los ciudadanos, es hora ya de que alguien explique la situación de material en los centros sanitarios cuando estalló la crisis. ¿Por qué la carencia existía desde el minuto uno, como está archidemostrado.? Es hora de asumir errores, no culpas. Esas ya llegarán cuando ganemos esta batalla y tendrán que tener consencuencias. Y duras.