Diario de Valladolid

EDITORIAL

Apuesta decidida por una política de pensiones a futuro

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LAS PENSIONES LLEVAN años siendo el caballo de batalla de los políticos y de sus políticas, cuando no arma arrojadiza en la batalla electoralistas de los partidos. En el último año, los pensionistas vienen tomando las calles con un mensaje único, la defensa de las pensiones, pero no de las suyas de las actuales, que también, sino las de sus hijos y nietos, es decir pensando en el futuro.

Ese es el trabajo que tienen que hacer los políticos, poner en marcha políticas que garanticen el futuro de las pensiones sin sobresaltos. Pero de unas pensiones dignas, mirando sobre todo hacia aquellas que todavía hoy no lo son.

Y es que cuando se habla de pensionistas se tiende a pensar y generalizar como si de un único colectivo se tratara, pero la estadística evidencia que entre ellos, como en la vida, existen clases, y extremos. Están los que precisan de una ‘inyección’ extra por parte del Estado para llegar al mínimo legal, y los hay que por contra bien podrían calificarse de pensionistas de ‘lujo’.

La balanza cae claramente del lado de los pensionistas que pasan más de un apuro para sortear el mes. Ellos son una parte importante del sistema de pensiones, según los últimos datos, al hilo de la subida que acaba de acordar el Gobierno para complementar sus ingresos hasta el mínimo de los mínimos. Son, por tanto, ellos los más interesados en saber a cuánto ascenderá el aumento adicional de las prestaciones mínimas al que se comprometió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el debate de investidura y que todavía no ha sido despejado.

Según los datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, miles de castellanos y leoneses forman esa legión de pensionistas (jubilados, viudos, huérfanos, incapacitados de forma permanente...) que no han cotizado lo suficiente como para generar, ni siquiera, el derecho a ganar el mínimo de pensión.

Personas cuyos ingresos anuales no rebasan el mínimo recomendado de ingresos y para compensar reciben de forma mensual lo que se denomina ‘complemento a mínimos’. El volumen de perceptores es tres puntos y medio más alto que en España. La diferencia nacional se ha ido acortando en una década, ya que mientras en Castilla y León el número de pensiones mínimas se ha recorta, a nivel nacional la cifra se ha mantenido inalterable con el paso de los años. Aun así es de esperar que el número vuelva a incrementarse, dado que la esperanza de vida aumenta y cada vez es mayor el número de contratos temporales entre los que están en activo.

Pero más allá de estos datos resulta esencial y fundamental que se trabaje para lograr un acuerdo que permita una apuesta decidida por una política de pensiones a futuro, pensando sobre todo en las mínimas.

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