Diario de Valladolid

EDITORIAL

Una subida que incide en la estacionalidad del empleo

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MAL DATO DEL paro en el último mes de octubre. Malo, además, sin paliativos. Esa es la primera conclusión que puede y debe extrarse de las cifras de desempleo hechas públicas por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Este mes de octubre que acaba de concluir es el peor en años, siempre a la vista de esos mismos datos.

La realidad que vienen a esconder estas cifras de parados que van in crescendo es, también, aquella que se viene denunciando una y otra vez desde las centrales sindicales, y que tiene que ver con la temporalidad y la estacionalidad. Los contratos que se generan son, en su mayoría, a tiempo parcial y para el desarrollo de un trabajo concreto, que se realiza en un periodo acotado. Una vez finalizado el objetivo de la actividad para la que se impulsa un determinado tipo de contrato, éste se da por finiquitado. Y eso, justamente, lo que acaba de suceder en el conjunto de la Comunidad, en todas y cada una de sus nueve provincias, porque ni uno solo de los territorios de Castilla y León se libra de esta subida del paro.

Ya sea el final de la vendimia, allí donde más se concentra o cualquier otra actividad del sector primario, parece evidente que es la agricultura la que ejerce ese efecto de tracción que viene a provocar la subida del paro. Pero poco importa que sea el agrícola el sector que tira al alza del desempleo, lo verdaderamente relevante es la fragilidad que se demuestra en el mundo laboral, provocada por este estacionalidad.

Razón suficiente para que desde las administraciones, central, autonómica, provincial y municipal, se trabaje por mejorar estos vaivenes en materia de empleo, además de arremangarse para poner en marcha políticas activas que incentiven la contratación, pero la indefinida, no la temporal, porque sólo así se fijará problación allí donde se genere ese contrato a futuro, además de enviarle un mensaje claro a los jovenes de esta tierra para que se queden porque se les está ofreciendo un futuro. Así se lucha contra la lacra de la despoblación.

Qué decir del Diálogo Social, esa herramienta que es la envidia de otras comunidades, por lo que supone y lo que genera. Ahora no es el momento de ponerse de perfil, sino poner en marcha, aquí también, en el Diálogo Social, todo tipo de actuaciones para atraer e incentivar el empleo y la contratación.

Resulta evidente, y negarlo es negar larealidad que así lo confirma, que el Diálogo Social cuenta con los resortes esenciales y no emplearlos sería tanto como no poner toda la carne en el asador para trabajar con todas y cada de las herramientos al alcance de la Administración que venga a acabar con esta elevada temporalidad y estacionalidad de empleo.

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