Más sombras que luces en un paro que anticipa el frenazo
LAS CIFRAS de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social del mes de septiembre no pueden calificarse de buenas porque el paro aumenta en 627 personas y la contratación retrocede en 2.576. El primer fenómeno es similar a la media nacional, pero la afiliación, que mide en buena parte el empleo creado, cae mientras que en el conjunto de España aumenta.
Septiembre suele ser un mes malo para el mercado laboral y en esta ocasión lo es en todas las provincias de Castilla y León menos en Valladolid, la única de la Comunidad donde hay menos paro y más empleo que en agosto.
La vendimia y los últimos contratos de verano en hostelería sostienen un mayor avance del desempleo. Si Valladolid hubiera evolucionado como el resto de provincias, el paro en Castilla y León se habría disparado.
Las cifras de septiembre no serían tan preocupantes si no se percibieran síntomas de menor crecimiento y de desaceleración, que ya casi nadie niega. Ese contexto y el de los anunciados expedientes de regulación de empleo en sectores tan relevantes como la automoción anticipan previsibles repuntes del desempleo cuando todavía se está lejos de recuperar el empleo destruido en la crisis.
El hecho de que esta Comunidad haya sido la tercera con menor aumento del paro o que este septiembre sea uno de los más moderados en un mes tradicionalmente malo no debe ocultar que el desempleo crece en todas las provincias, que la estabilidad de los contratos es menor en la Comunidad que en el conjunto del país y que la cobertura de las prestaciones por desempleo sigue siendo menor.
Las diferentes tasas de paro entre provincias, el aumento en todas menos Valladolid y el hecho de que los nuevos desempleados son solo mujeres ponen de manifiesto sombras que no pueden tapar algunas luces en el balance de este mes de transición hacia un otoño e invierno que tradicionalmente es negativo y en esta ocasión con incertidumbres añadidas.
Esta Comunidad debe pisar más el acelerador de los revulsivos económicos, sobre todo en el sector industrial.El frenazo añadido que supone volver a estar en proceso electoral no debe impedir que se pongan en marcha todas las medidas para incentivar la economía y el empleo.
Administraciones, empresarios y sindicatos deben sumar nuevos esfuerzos para recuperar el empleo perdido en la crisis antes de que las incertidumbres que casi todos los analistas predicen se conviertan en realidad. Es necesario una implicación mayor para evitar que cambie la tendencia. Los datos de septiembre son engañosos para quienes vean en ellos más luces que sombras y no sean capaces de ponerse manos a la obra para evitar el frenazo que viene.