No se puede mirar a otro lado con la tensión territorial
VENÍA AMENAZANDO O, más bien, amagando, pero finamente la tensión territorial va en aumento y se ve cómo crece, cada vez que suma un nuevo capítulo. Y los dos de ayer son de aquellos que amenazan con hacer saltar por los aires el conflicto territorial, porque en el mismo están involucradas las dos ciudades más importantes, por tamaño, de Castilla yLeón y los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE.
Mientras en Valladolid ambas formaciones políticas se unían para exigir más inversion «como capital de Castilla y León» y el PP municipal abandonaba la idea de exigir que ese título se reconociera en el Estatuto de Autonomía –algo en lo que se quedó solo–, en el Ayuntamiento leonés los mismos partidos, esta vez de la mano con la UPL, se aliaban para rechazar el reconocimiento para Valladolid. Pero no se quedaban ahí porque, a renglón seguido, votaban que tener que ostentar alguna ciudad el título de capital autonómica ésta tenía que ser León. Y todo esto llega un día después de que el presidente de la Junta se reúna con los alcaldes y los presidentes de Diputación y les reclame el trabajo conjunto frente al qué hay de lo mío.
Esta es la realidad, que está ahí y que es importante porque supone un aumento de la tensión territorial. Y por más que el líder de los socialistas castellanos y leoneses, Luis Tudanca, diga que eso no lo es lo importante y que no le va a quitar un minuto de su tiempo seguirá estando presende y, lo que es peor, irá in crescendo.
Y si, como dice Tudanca, no es importante es hora de explicar por qué su partido defiende dos posturas tan dispares en Valladolid y en León. Lo mismo puede decirse en el caso del PP, aunque los ‘populares’ ya salieron al paso de las intenciones del ex vicepresidente de la Junta, pese a que sirvieron para más bien poco o para nada.
La realidad de ayer demuestra que el problema está ahí, que es latente y que amenaza con ir a mayores. Ni PP ni PSOE a nivel autonómico pueden mirar y hacer ver como que no aquí no pasa porque sí que pasa y es que las dos formaciones en León y en Valladolid coinciden en lo mismo, en exigir la capitalidad, aunque lo hagan de manera y fomas distintas, lo que viene a tensionar aún más la rivalidad.
Otra cosa es que ni ‘populares’ ni socialistas sepan cómo embridar el problema, entre otras cosas porque los dos partidos regionales continúan siendo auténticos reinos de taifas. Y más difícil es aún de embridrar cuando se trata de Valladolid y de León. Sea como fuere, la realidad demuestra que la tensión territorial está ahí y no se puede mirar para otro lado, es hora de que PPy PSOE actúen a nivel autonómico para pararla y corregirla.