Asignatura pendiente con la atención a la diversidad
EL NUEVO GOBIERNO autonómico, que presidirá a partir de la próxima semana el popular Alfonso Fernández Mañueco, tiene ante sí nuevos retos y proyectos, pero también el desarrollo de otros iniciados en la anterior legislatura y que apenas llegaron a arrancar o se encuentran en diferentes estadios. Son asignaturas pendientes que el Gobierno de coalición PP-Cs debe acometer al ritmo que requiera la urgencia de cada asunto.
Uno de ellos es la aplicación del II Plan de Atención a la Diversidad, que recogía una batería de medidas para corregir el déficit de profesores de apoyo y de orientadores para aquellos alumnos con necesidades especiales. Según los sindicatos, el plan se quedó en dique seco y urge su implementación, pues cada vez son más alumnos los que requieren atención especializada mientras cursan sus estudios.
Estos escolares representan ya el 8,2% del total del alumnado de Primaria y Secundaria de Castilla y León y, según una encuesta del Ministerio de Educación, durante el curso 2017-2018, la cifra aumentó un 3%. La falta de profesores de apoyo para atender a los alumnos con necesidades y la limitación de docentes formados para ello es una denuncia en la que coinciden los sindicatos de Enseñanza de la Comunidad.
Así lo avala el informe internacional Talis 2018, promovido por la OCDE y publicado por el Ministerio de Educación. Según este informe, en el 41% de los centros de Primaria y el 31% de Secundaria de Castilla y León existe escasez de personal de apoyo, algo que los expertos consideran el primer obstáculo para la calidad de la enseñanza. Y eso que la región presenta mejores ratios que la media nacional. Si en España se cuenta con una persona de apoyo pedagógico por cada 11 maestros, o por cada 20 profesores de Secundaria, en la Comunidad la ratio es de una por 9 o por 16, respectivamente. En ambos casos, estamos lejos de la media de los países de la OCDE.
Ligada a esta limitación de personal está la carencia de formación de los docentes para enseñar en un entorno de capacidades dispares que, además, cada vez son más variadas. Así lo confiesan el 44% de los docentes de Primaria y el 64% de Secundaria. Esto conllevaría, a juicio de algunos sindicatos, la necesidad de que se modifiquen los planes de estudio de la carrera para incorporar este tipo de formación. A todo esto se añade que quien quiera disponer de estos conocimientos, debe hacerlo fuera de su horario laboral.
Resolver estos problemas será una tarea que deberá apuntar en su agenda entre sus prioridades el futuro consejero de Educación del Gobierno Mañueco.