La campaña del ‘deja vu’

LA campaña electoral se adentra ya en sus últimos días, los grandes, aquellos en los que los partidos buscan echar el resto para hacer un fin de fiesta a lo grande.

Pero no se engañen que los mensajes van a ser todos iguales o parecidos a los escuchados hasta ahora. Que si la despoblación se va a solucionar, que si la fiscalidad será mucho más favorable que la actual, es decir pagar menos impuestos que ahora, dónde va a parar; que habrá vivienda para todos a buen precio y mejor alquiler. Ah, y el mejor: todos los pueblos y el mundo rural van a tener internet a gran velocidad, médicos todos los días y los mejores servicios. Vamos, que las gentes de las ciudades de Castilla y León en vez de irse fuera, al extranjero o a otras comunidades a buscar una oportunidad como está sucediendo, van a volver a los pueblos. Irrisorio.

Y así un largo etcétera de promesas que dentro de cuatro años, cuando vuelvan a acordarse de ustedes estos políticos para que les voten, llevarán aparejado el calificativo de incumplidas. Al tiempo.

Básicamente porque son las mismas de cuatro años antes, sólo que ahora las visten con otros adjetivos. Párense un momento y piénsenlo. ¿Cuántas veces les han prometido grandes medidas para solucionar la despoblación? ¿Cuántas bajarles los impuestos? Pues todas esas son muchas menos de las que las gentes de los pueblos de la Comunidad, esas que ven cómo languidecen casi hasta el abandono, han tenido que oír que les van a poner banda ancha y los mejores servicios.

Y eso por no hablar de Europa, donde más allá de la PAC los políticos de aquí no tienen ni idea de lo que allí se cuece. Es lo que tiene el que a la Unión Europea sea donde los partidos envían a candidatos, muchos de los cuales no han tenido más oficio y beneficio que vivir de la poltrona de la política. Dos ejemplos, la vallisoletana ahora naranja, Soraya Rodríguez, y leonés Ibán García del Blanco. Sobran las palabras. Con ejemplos así no es de extrañar que para la mayoría de la gente el Parlamento Europeo no sea más que ese lugar donde durante los próximos cinco años sestearán gentes como Del Blanco y Rodríguez, a razón de 200.000 euros del ala al año.

Y así va pasando una campaña electoral, que llega a sus últimos días y que, en cuestión de promesas, no pasa de ser un mero ‘deja vu’de lo sucedido hace ahora cuatro años.