Diario de Valladolid

EDITORIAL

Sanidad debe escuchar a los médicos de Atención Primaria

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LOS PROFESIONALES SON quienes lo están denunciando las «graves» deficiencias de la Atención Primaria, sólo subsanadas en muchos casos por su gran trabajo y enorme diligencias. Son ellos, los médicos y enfermeras, aquellos que atienden a los pacientes, los que salen a la calle, quienes protestan para reclamar más profesionales.

Sólo por eso, las administraciones no pueden mirar para otro lado. No es una cuestión de colores políticos ni de partidos. Y, mucho menos, de campaña. La Sanidad, el Ministerio y las consejerías de las diferentes comunidades autonómas no pueden hacer oídos sordos a estas exigencias. Es hora de que escuchen porque quienes les están hablando son aquellos que más y mejor conocen la Atención Primaria, que más y mejor saben cómo funciona el sistema sanitario. Entre otras cosas, porque son quienes con su esfuerzo y dedicación lo sustenta.

Eso es, precisamente, lo que plasman en un manifiesto. En él explican que en Castilla y León, como en el resto de comunidades, se asiste a un deterioro progresivo de la Atención Primaria que puede llevar a una «situación insostenible» para los profesionales e insatisfactoria para los ciudadanos». Por eso, consideran que ha habido una «deficiente financiación histórica» y una ausencia de planificación estratégica a medio y largo plazo que ha llevado al punto actual, «con una preocupante falta de recursos humanos y medios materiales».

Y, por si esto no fuera suficiente para hacer saltar todas las alarmas, dejan claro que es el momento para tomar decisiones importantes ante los retos que hay por delante. Entre los que señalan el envejecimiento de la población, la atención a los enfermos crónicos y, en el caso de Castilla y León, además la dispersión. «Hay que realizar cambios importantes en el modelo de atención, ya que si no, está abocado al colapso», recoge el manifiesto, que advierte de que los motivos son la pérdida y fuga de profesionales por la precariedad de los contratos; el deterioro de las condiciones de trabajo; la sobrecarga asistencial; la burocratización de las consultas; la excesiva medicalización del sistema; la falta de continuidad asistencial por la desconexión entre niveles; o la insuficiente tasa de reposición en los profesionales para compensar las numerosas jubilaciones de los próximos años.

Problemas a los que aportan soluciones, que pasan por una financiación adecuada que llegue a un mínimo del 25% del presupuesto para Sanidad y que se vele por el prestigio de la Atención Primaria y sus especialistas. Es hora ya que las administraciones, los políticos, aquellos que tienen la obligación de gestionar escuchen lo que les están diciendo los profesionales de Atención Primaria.

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