Caraduras

LA minería y el carbón están muertos. Los han matado o dejado morir, como prefieran, los gobiernos del PSOE y del Partido Popular. Gente, aunque este apelativo les viene grande y se merecerían otros, que lo único que ha hecho es valerse y utilizar a las cuencas, a los mineros y a sus familias para su propio beneficio político. Nunca han tenido el más mínimo interés por decirles la verdad, por hablarles claro y, mucho menos, por ofrecerles una salida, una verdadera alternativa que garantizara el futuro de las cuencas y sus gentes, que éstas sí que merecen ser reconocidas como tal.

El carbón, la minería, las cuencas, los mineros, sus familias han sido ese arma arrojadiza que, en manos del PP, servía para lanzarla contra el Partido Socialista y a la inversa, si eran los socialistas quienes la tenían en su poder.

Así ha sido durante años y años de baldías declaraciones institucionales en las Cortes de Castilla y León que nunca han servido para nada porque después, en el Congreso y en el Senado donde sí valían los votos, ‘populares’ y socialistas castellanos y leoneses se plegaban a lo que le mandataban desde Madrid importándoles un comino el futuro del carbón y de las cuencas.

Años y años de manifestaciones baldías de la Junta, que no servían más que para lavar las malas conciencias, y de una política errática a la hora del reparto de los miles de millones en fondos públicos que deberían haber ido a parar, pero que nunca lo hicieron, a verdaderos proyectos que frenaran la muerte de las cuencas.

Años del ‘y tú más’, que es lo único que han sabido practicar desde el PPy el PSOE de Castilla y León, para echarse en cara unos y otros la realidad de esta crónica de una muerte anunciada, que bien podría haber novelado el maestro Gabriel García Márquez. Ni siquiera ahora, cuando PPy PSOE saben que ya no hay futuro porque las políticas de sus gobiernos han acabado con él, son capaces de dar la cara y de decir abiertamente la verdad. Dejen ya de reírse de las cuencas, de los mineros y de sus familias. Sí, porque reírse es que ahora el PPsaque adelante en el Senado medidas de apoyo al carbón, cuando hace no tanto sus senadores, los de aquí, hicieron caso omiso a su presiente Juan Vicente Herrera y votaron en contra del carbón, como les mandó Cristóbal Montoro. Como reírse es que los senadores del PSOE, también los de aquí, voten ahora en contra cuando llevan años reprochándole eso mismo al PP.

Son todos unos caraduras.