La excesiva temporalidad lastra la bajada del paro
BUENO SIN PALIATIVOS. Así es como debe calificarse el último dato del paro hecho público por el Ministerio. Cifras que reflejan bien a las claras una fuerte caída en el desempleo de Castilla y León y, lo que es más importante, con bajadas significativas en todas y cada una de las nueve provincias. Esos son los números y como tal deben valorarse.
Resulta evidente que el efecto de las contrataciones de la Semana Santa han permitido sacar de la lista del paro a numerosos castellanos y leoneses. Y si como buena debe calificarse esta caída en el número de parados, mejor aún es el aumento de la afiliación a la Seguridad Social. En este caso, los datos son igual de contundentes y permiten elevar el número de cotizantes a cifras que llevaban años en el cajón del olvido, por efectos de la crisis económica.
Si a esto se le añade que el número de autónomos vuelve a repuntar en Castilla y León, se conforma el triángulo perfecto para determinar que la situación, a la vista de los fríos datos, va mejorando. Y es así, pero resulta obligado ir más allá de esos primeros números. Es necesario analizar el mercado laboral en su conjunto porque sólo así se podrá comprobar si lo que vivido en el pasado mes de abril es fruto de la estacionalidad o se está realmente ante una verdadera mejoría de la situación económica.
Pues las dos cosas. No se puede negar que la situación de la economía mejora, a la vez que no es menos cierto que la temporalidad sigue marcando los descensos en las cifras de parados de la Comunidad. Ahí está el reto, en lograr acompasar esa mejora que se está viviendo en el cuadro económico con más y mejor empleo de calidad. El objetivo a futuro de las administraciones, los gobiernos central y autonómicos que son los competentes en materia de empleo, tiene que pasar inexorablemente por tratar de reducir la elevada contratación temporal.
El mercado laboral, como se viene defendiendo desde estas páginas, no puede sujetarse con contratos en precario y a tiempo parcial. Además, debe potenciarse el empleo entre los jóvenes y aquellos parados de larga duración, que parece claro sobre todo en el caso de estos últimos que son los que más continúan padeciendo el desempleo. La crisis los expulsó del mercado laboral y la recuperación no los reincopora
En el caso de los jóvenes, ese talento que se va fuera ante la falta de oportunidades, necesitan ver garantías de futuro. Algo que sólo se consigue con contratos estables y un empleo de calidad. Y eso sólo se conseguirá frenando la excesiva temporalidad en la contratación que lastra el buen dato de caída del paro.