Diario de Valladolid

El más rápido del siglo

El atleta Adrián Parras, el primer bebé nacido en el siglo XXI en Valladolid, se acaba de proclamar doble campeón en los 100 y 400 metros de los Campeonatos de España de Promesas Paralímpicas / «Estar en unos Juegos sería algo maravilloso»

El vallisoletano Adrián Parras posa con sus dos medallas de oro en las instalaciones del Centro San Juan de Dios.-J. M. LOSTAU

El vallisoletano Adrián Parras posa con sus dos medallas de oro en las instalaciones del Centro San Juan de Dios.-J. M. LOSTAU

Publicado por
J. I. Fernández

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La fecha de nacimiento puede determinar el futuro de una persona. Hay estudios científicos que demuestran que el primer día de ver la luz puede determinar que seamos tímidos o extrovertidos, valientes o acomplejados, que pensemos en positivo o en negativo e incluso que amemos el deporte o no.

Con Adrián Parras estaba claro que su futuro iba a estar marcado a ser siempre el primero. Este vallisoletano fue el primer niño (dos niñas se adelantaron)en nacer en el siglo XXI en Valladolid. Hace ya 17 años, el pequeño ‘Adri’ acaparó portadas de periódico al nacer (casi en el ascensor) a las 4.20 del 1 de enero de 2001, el año que arrancaba el nuevo milenio. Ahora sus portadas son porque sigue siendo el primero, pero en este caso en llegar a la línea de meta.

El joven, de categoría junior, se acaba de proclamar doble campeón nacional en los 100 y 400 metros en el primer Campeonato de España Liberty de Promesas Paralímpicas de Atletismo. Una nueva competición donde la Federación testa a los futuros campeones. El velocista del CD San Juan de Dios, que compite de manera normalizada con el Racing Valladolid, fue el mejor embajador de la selección de la Federación de Deporte Adaptado de Castilla y León (Fedeacyl) en la cita disputada en Valencia. Parras superó las expectativas en ambas pruebas en la categoría sub 18, en la modalidad T20 para deportistas con discapacidad intelectual, ya que era un debutante.

«La verdad es que es increíble escuchar que la gente aplaude cuando el speaker dice tu nombre», recuerda Parras. Un atleta que tiene su principal espejo en el supercampeón Usain Bolt. «Ojalá pudiera correr igual que él, pero es complicado», bromea. El vallisoletano se siente muy bien en ambas distancias aunque por su físico le gusta más la de 100 metros ya que puede demostrar toda su «explosividad». Dos medallas de oro que en primer lugar se dedica a él, «por el esfuerzo», pero sobre todo a su familia y a su entrenadora Lara Rodríguez, que se ha convertido en su gurú cuando está en las pistas.

Parras es un ganador nato y por eso su listón se sitúa cada vez más alto. «Claro que pienso en estar en unos Juegos Paralímpicos, sería algo maravilloso, un sueño», comenta mientras mira a su orgullosa madre.

Lo de llegar el primero se ha convertido en una obsesión para Adrián, que no solo destaca en atletismo, también lo hace en natación, donde ha ganado varias competiciones a nivel nacional competitivo, y en fútbol sala en nivel 2. Si se tiene que decantar por un deporte es el atletismo, «de momento», apunta el doble campeón nacional.

Y es que aquel 1 de enero de 2001 los genes de Parras se aunaron para hacerle todo un campeón. «Tiene unas habilidades que le hacen destacar para el deporte, pero sobre todo llama la atención su implicación, es una persona muy constante que le gusta hacer bien todo lo que hace», destaca su entrenadora. Por eso le hubiera gustado también participar en la prueba de relevos para ayudar a sus compañeros y sumar otra medalla para Castilla y León.

El triunfo de Parras cobra más importancia si se piensa que el atletismo no es un deporte que cuente con mucha tradición en el Centro San Juan de Dios, como pueda tener el baloncesto o el fútbol sala, ya que cuentan con menos recursos, incluso no tienen pista de atletismo. «Sabíamos que tenía mucho potencial, pero no tanto», comenta Alberto Pascual, coordinador de Ocio y Deporte en el centro.

Adrián Parras es un diamante en bruto que sueña con participar en unos Juegos, ahora de momento saborea su gloria nacional. «Ya podían ser todos los días así», le dice a su madre cuando comienza la sesión de fotografía para este reportaje.

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