Desmontando el Incibe con cibersigilo

COMO EN la maravillosa novela de Umberto Eco, del Incibe al final sólo acabará quedando el nombre en Castilla y León, además de un magno edificio que se construyó en la Lastra en tiempos de Zapatero, cuando nació como Inteco. Hoy ese organismo, que surgió para convertir a la región en un referente en las tecnología de la comunicación celebra el Safer Internet Day 2018, o lo que es lo mismo el Día de Internet Segura 2018 en Madrid, que es realmente donde habita y donde opera en la práctica el Incibe. No en vano, las instalaciones leonesas se han desnutrido de operarios para mejor vida de las oficinas madrileñas ministeriales. Un poderoso evento que cuenta con la participación en su apertura de cinco secretarios de estado, lo cual da el grado de su peso. Les seguirán numerosos expertos en ciberseguridad, antes de que lo clausure el director general, Alberto Hernández, no el Incibe en León, de momento, si no el congreso. Hernández va camino de convertirse en fiel discípulo de su predecesor, Miguel Rego, quien llegó con la intención de desmontar el Incibe con cibersigilo en León y tuvo que irse sin cumplir su cometido tras los escándalos de las contrataciones destapadas por este periódico y la beligerancia de los empresarios del sector en Castilla y León, además de por la firme defensa de la consejera de Economía, Pilar del Olmo. Pero en el Incibe vuelven a las andadas. La sede está en León con letras niqueladas para que de cuando en cuando la visite alguien, como Rajoy, pero el espíritu del Incibe y su capacidad tractora está cada vez más lejos de Castilla y León. Cuando no quede nada, ya habrá alguien para quejarse. Así nos va con esta ralea política de todos los colores. Los que hacen. Los que no hacen. Y los que dejan hacer. Y los que ni se enteran. Al final, como con la rosa de la novela, sólo quedará el nombre.