Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

Rajoy acuna a Silván

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YA lo decía el Conde de Romanones y su ya célebra «al suelo que vienen los nuestros», aunque bien se lo apropió Alfonso Guerra años después, sobre todo porque el socialista mejor que nadie conocía y diferenciaba bien a esos nuestros. Claro que para explicar la ignorancia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre dónde se celebraron las primeras Cortes democráticas de la historia sirve casi mejor aquello de «no hay peor cuña que la de la misma manera».

¿Cómo es posible que un presidente del Gobierno y toda su pléyade de bien pagados asesores, jefes de gabinete y demás ínclitos que le siguen no supieran que fue en San Isidoro de León donde se celebraron esas primeras Cortes democráticas?

No se trata de un fallo menor. Ni siquiera es un error que puedan atribuir a una rápida declaración que se hizo sin pensar. Loar en un escrito al Reino Unido como la Cuna del Parlamentarismo y que eso lo haga el presidente del país que ostenta ese privilegio histórico es uno de los mayores ridículos que se recuerdan a Rajoy, además de un ninguneo, otro más, a esta tierra.

Tiene narices que Rajoy haya ido a despreciar a León como Cuna del Parlamentarismo, designada por la Unesco, al igual que lo hiciera el huido Carles Puigdemont. Pero tiene más narices aún que las instituciones de esta tierra, por cierto todas gobernadas por el PP, Ayuntamiento y Diputación de León, Junta y Cortes de Castilla y León no hayan salido en tromba a defender esa historia que es Patrimonio de la Humanidad y a exigir un rectificación inmediata de Mariano Rajoy ante un error histórico. ¿Se imaginan qué habrían hecho y dicho si quien hubiera cometido ese clamoroso error fuera un presidente socialista? Yo sí, poner el grito en el cielo y pedir una inmediata rectificación, que es justo lo que no han hecho ahora.

Pero tranquilos porque Mariano Rajoy vendrá a León, no como el Almendro por Navidad, ni siquiera como un rey mago. Lo hará en enero, después del turrón, de los regalos y de las fiestas. En ese tiempo de rebajas que él y su gobierno tanto dominan. Una visita que a buen seguro sólo servirá para que Rajoy acune a Silván y para que el alcalde de León y todo el séquito que siga al presidente del Gobierno en ese paseo por tierras leonesas se tomen a risa y minimicen su error. Y si no, al tiempo.

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