La ternura del trilero
LOS VERDADEROS manuales de supervivencia se encuentran en hojas sin numerar, traspapeladas, en las estanterías de las sedes de los partidos políticos. Sobrevivir. O sobremorir, según se mire. Aunque no recuerdo ahora en qué cadena televisiva, creo que emiten, o se emitió, un programa llamado Supervivientes. Ése es el verdadero ecosistema de los políticos, y no el que muestran los insulsos espacios dedicados a la insulsa actividad parlamentaria.
La cuestión catalana, trascendido el verdadero núcleo de su raíz, ofrece también una múltiple y curiosa variedad de modos de llegar a nada hasta la orilla, o naufragar con aspecto de superviviente distraído y conmocionado. Falsamente feliz. Tanto en una orilla como en otra, que en esto las diferencias son más bien pocas, emergen las estrategias, en las que las ideas y los principios ceden sus asientos, gentilmente, a las matemáticas y los cálculos electorales.
Hace unos días aterrizó en Valladolid un nuevo partido. Contigo Somos Democracia. Bien, el nombre miente poco: vale para un roto y un descosido. Te necesitan a ti, de ahí el contigo. Bueno, a ti no te necesitan, es muy probable que incluso les estorbes, lo que desean es tu voto. Si las siglas fueran botes con su boca arrastrándose por una mesa, boca abajo, ustedes mismos observarán que en un gesto rápido, el antiguo CDS se convierte en CSD con un rápido movimiento de muñeca. Los trileros dan mucho juego, y en política conducen el furgón.
La foto corporativa de CSD muestra la mano de un adulto y la de un niño entrelazadas. Ternura. No señala ninguna dirección de eso que llaman ideología, pero apela a las emociones. Como el nacionalismo.
En Valladolid la cabeza visible de CSD es Jesús Presencio. Concejal no adscrito a orillas del Pisuerga. Dejó de estar adscrito por su fervor enológico. Como Rosa Valdeón pero sin dimisión. Es lo que pasa cuando se tiene sólo un cargo. Presencio, genial, ha anunciado que el problema son los partidos, y que unos días ‘repartirán’ los cargos. Inconmensurable.