Diario de Valladolid

EDITORIAL

Lenta escalada de las mujeres en la Universidad

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EL ACCESO de la mujer a responsabilidades de dirección en instituciones y empresas sigue un proceso muy lento y descompensado con el avance que ha experimentado su entrada en el mundo profesional. En el ámbito académico, esta lenta evolución mantiene la misma tónica, como se observa en las universidades públicas de Castilla y León. Las alumnas son mayoría, pero la evolución sigue el diseño de una pirámide a medida que se pasa al profesorado, a las cátedras o a los órganos de gobierno. Ni una sola de las cuatro instituciones universitarias públicas de la Comunidad ha contado nunca con una rectora –por el contrario, sí las hay en las privadas– y las catedráticas están en franca minoría.

De acuerdo con los datos que maneja el Ministerio de Educación, correspondientes al curso 2015-2016, las mujeres que cursan estudios en las universidades de Salamanca, Burgos, León y Valladolid representan el 55% de los 46.000 estudiantes. Esta tendencia se invierte ya entre el personal docente e investigador, con un 43% de profesoras, y la proporción se desploma en las cátedras hasta el 21,5%. En el mencionado curso, de las 568 cátedras, 122 correspondían a mujeres frente a las 446 al cargo de varones. La proporción ha mejorado en relación con hace diez años pero, como decíamos, a un ritmo lento. En una década, el número de catedráticas ha crecido un 6,5%.

La situación es algo mejor que en el conjunto nacional, donde solo el 20,88% de las cátedras está en manos de mujeres y sitúa a Castilla yLeón es una línea media en el conjunto de las comunidades. Lidera el ranking Navarra, con un 25% de catedráticas, y en los puestos de cola se sitúan Cantabria o Extremadura, donde no superan el 12%. Si se comparan las universidades, la ‘juventud’ de la Universidad de Burgos la sitúa en cabeza del país con un 33% de mujeres en las cátedras. En el lado opuesto, la de León solo cuenta con un 17%, lo que la desplaza hasta el puesto 33 del ranking nacional. En un término medio se encuentran Valladolid y Salamanca, ambas con un 21% de catedráticas, en los puestos 22 y 23, respectivamente del conjunto de las universidades del país.

Las razones pueden ser variadas, como apuntan las catedráticas Paloma Biglino y Sagrario Beltrán. Desde «micromachismos» a la hora de valorar los méritos para acceder a la cátedra, hasta la limitación con que se encuentran muchas mujeres a la hora de compatibilizar la maternidad con la carrera profesional, pasando por su entrada más reciente en el mundo universitario. En todo caso, hay que procurar un mayor equilibrio tanto en el ámbito académico como en otros ámbitos profesionales porque, como bien dice Beltrán, es un error de base «despreciar la diversidad de enfoques del 50% de la población».

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