Retos ante una previsible burbuja inmobiliaria
EL ÚLTIMO informe del Colegio de Registradores de España pone de manifiesto, en línea con la mayoría de los analistas, que podemos estar ante una nueva burbuja inmobiliaria a la vista del aumento de las compraventas y del repunte de los precios.
Aunque todavía no se ha llegado al techo de 2007 en operaciones registradas y en los precios de las viviendas, la tendencia es creciente, como consecuencia del incremento del número de visados y del inicio de construcción de casas.
Se da la circunstancia de que Castilla y León está ahora en cabeza en compraventas de vivienda protegida y que la de segunda mano está en alza, al tiempo que crece el interés de los extranjeros por adquirir pisos en algunas provincias de la región.
Aunque la coyuntura es diferente a la situación de la precrisis, conviene advertir de que todavía son muchos los que no puede hacer frente al pago de hipotecas o de alquileres y son más los que lo hacen con muchas dificultades y en no pocas ocasiones a costa de recortar otros gastos de primera necesidad o de recurrir a familiares cercanos.
El acceso a la vivienda es un derecho constitucional que las administraciones públicas deben garantizar. Que en Castilla y León haya aumentado el peso de las viviendas de protección oficial y que la Comunidad esté en cabeza de las regiones que más porcentaje dedican a las VPO es una buen noticia. Sin embargo, estas operaciones todavía son muy exiguas y sus cuotas de compraventas sobre el total fluctúan mucho, por lo que sería bueno que tuvieran un peso mucho más importante que el actual.
Con este aumento, podría también dinamizarse de manera razonable el sector de la construcción, que aunque ha crecido en los últimos meses todavía tiene margen para avanzar sin caer en esa burbuja que llevó al sector a un disparadero.
No obstante, debería acometerse para garantizar el derecho a la vivienda un cambio más intensivo hacia el alquiler, con el fin de que los precios se estabilizasen y su porcentaje sobre los ingresos no superara el 30%.
Convendría también analizar las razones que llevan a los ciudadanos extranjeros a interesarse más por la compra de vivienda en determinadas provincias de la Comunidad. Si es para asentarse, bienvenida sea; cuestión distinta es que sea un nuevo foco de especulación como ha ocurrido en zonas costeras.
Los registradores ven clara una nueva tendencia ascendente en vivienda nueva. Sería positivo que este repunte contribuyera a garantizar mejor el acceso a una vivienda digna a quienes aún no gozan de este derecho y además dinamizara un sector que debe ganar peso en actividad y en empleo en la región.