Diario de Valladolid

Creado:

Actualizado:

LA NOVELA Tierra de Campos (2017) ofrece con humor las pasiones y deseos agitados por la muerte, mientras un cantante de éxito (Dani Mosca) cumple los ruegos de su padre llevándole al cementerio terracampino de su pueblo. Allí reencuentra a los cómplices de infancia, entre los que destaca Jandrón. La literatura de David Trueba arrancó con un vínculo evidente al lenguaje del cine y al universo generacional, cuyos excesos refleja en sus primeras novelas. Deuda y provecho de estructura narrativa, también de dicción y de ritmo. Cuatro amigos (1999) tiene mucho que ver con las pelis de carretera. Pero no se trata de un simple trasvase.

Llama la atención su destreza en los diálogos, que vehiculan un humor oxigenado por el lirismo, distintivo de otras propuestas generacionales en las que el descaro no alcanza a disimular un arrastre gallináceo carente de ambición. Trueba, como su padre, fue pregonero en las fiestas de agosto en Villafrades de Campos y nos dejó un retrato impagable de las peñas y del dispendio con que localidades declinantes tiran la casa por la ventana. También de la memoria familiar de los veranos en escenarios propicios a la lectura y al ensueño. Era su segunda novela, después del estreno con Abierto toda la noche (1995).

David Trueba no se plantea sus novelas como colgante del celuloide, sino como una disciplina exigente. Saber perder (2008), distinguida por la crítica como mejor novela en español de aquel año, agrupa peripecias de fracaso en un relato de pegada contundente. Tipos nada exóticos, aunque entre ellos se cuente un zurdo argentino que en el traspaso a nuestra liga persigue seguir alentando el clamor de los estadios. O la adolescente sorprendida en sus sueños por el estruendo de un batacazo, mientras su padre se enfrenta al desafío de un doble fracaso: el abandono de su mujer y la pérdida del trabajo. El cuarto es un pianista retirado que enfila solitario su despedida. Luego, Blitz (2014) despega con un equívoco de móvil y novela una pasión muniquesa, en el corazón de Europa.

tracking