Diario de Valladolid

Javier Pérez Andrés

La revolución de las masas

Creado:

Actualizado:

HAY CIFRAS que descolorarían a cualquier empresa de sondeos -e incluso harían tambalear más de una estadística- sobre el grado de confesionalidad del común o de simpatía por una creencia. Me refiero al fenómeno de la recreación de la Pasión de Cristo durante la Semana Santa en España y, particularmente, en Castilla y León. Durante estos días, alrededor de 100.000 personas -si no son más-, casi un 5% de la población, entre mayores, jóvenes, mujeres y niños, acuden y contribuyen a mantener viva una puesta en escena impresionante que permite a las cofradías penitenciales procesionar por ciudades y pueblos transportando los pasos y celebrando oficios religiosos que recrean la Pasión de Cristo. Todo, de forma voluntaria. De ese contingente, conviene destacar que el 30% es gente joven.

Pero hay más porque, con toda probabilidad, se da otro fenómeno que desborda toda previsión e incrementa las cifras totales: a estas manifestaciones claramente religiosas asisten, aplauden, participan, curiosean y contemplan con respeto más de un millón de personas desde las aceras, gradas, balcones, plazas y bares, que también. Es la mayor revolución de masas que se experimenta en Castilla y León, y ocurre durante la Semana Santa, en especial, de Jueves Santo a Domingo de Resurrección por toda nuestra geografía. Toda esta muchedumbre de turistas, forasteros, devotos, lugareños y creyentes siguen los pasos y las procesiones, pero también entran y salen de las iglesias, formando un hormiguero constante que se acrecienta cuando sale el sol.

No hay frivolidad en las estimaciones. Es este un periodo de vacación, ocio y fervor religioso donde tradición y manifestaciones culturales se funden con un pegamento indisoluble. Es más, en estos días manda más un presidente de junta o cofradía de Semana Santa, que el mismísimo obispo o el alcalde. Claro, que todo multiplica su valor porque sigue sobrecogiendo a muchos ver desfilar a hombros de cofrades las obras de los imagineros, sintiendo la presencia de los grandes, como Juan de Juni, Gregorio Fernández, Alejo de Vahía, Víctor de los Ríos, Ramón Álvarez, Francisco de Tudanca y dos centenares más, incluyendo escuelas y anónimos. Lo dicho, cifras revolucionarias para hacer pensar a sociólogos y politólogos.

tracking