El año de los primos
ESTRENAMOS un nuevo año representándolo por un número primo: 2017. Para algunos, un año mágico que incentiva la superstición y la ilusión por algo mejor. Hace más de 2.400 años, Euclides sentó las bases de las señas de identidad de estos primos: sólo pueden dividirse por 1 y por sí mismo; son infinitos y dicen que tienen una personalidad especial. Sin embargo, nadie ha sido capaz de descubrir la regla que anticipe y explique su presencia. La frase española ‘hacer el primo’ sugiere también una personalidad especial: inocencia, falta de malicia y engaño.
Para los griegos, los números primos eran algo más que una abstracción útil para el desarrollo de las matemáticas. Tal vez una representación cultural en una sociedad de alta talla intelectual. Son infinitos pero nadie ha descubierto la fórmula que explique su hipotética regularidad. Y eso da una idea de lo que queda por descubrir. Sabemos cuáles son pero no por qué se comportan así.
Ni la ilusión inocente de esta madrugada de Reyes ni el hecho de haber estrenado un año primo podrán dotar de magia especial u originalidad este 2017. Al menos, las expectativas no son excesivamente mejores que las de hace un año. Ni siquiera lo auguran los previstos cambios de dirigentes al máximo nivel .
Dicen la Junta de Castilla y León y el PP que el año pasado fue extraordinariamente bueno para el empleo. Los populares tildan de demagogia a quienes se fijan en la elevada temporalidad. El viceconsejero del ramo muestra su euforia por los datos. Opino como los griegos: detrás de cada número hay una representación cultural. Ni Mariano Gredilla ni Raúl de la Hoz quieren exhibir que más del 94% de los contratos firmados en diciembre son temporales. Ninguno de los dos le contará a usted, lector, que en Castilla y León hay 99.000 parados de los 178.000 que no cobran ninguna prestación. Ni le dirá que esta cifra va creciendo porcentualmente a un ritmo superior en la Comunidad que en el conjunto del país. Sus cifras son poco fiables porque no son completas. Y no lo son porque, si desvelan todo, exhiben el fracaso de la reforma laboral más injusta de las últimas décadas.
Claro que hay recuperación. Es hasta una necesidad para los que dirigen el cotarro. La OCDE desvela en un informe que en España la redistribución del gasto social está favoreciendo a los que más tienen y llega con mucha menos intensidad a los más castigados. Nos queda mucho por descubrir y compartir. Pretenden tomarnos por primos y en demasiadas ocasiones lo consiguen.