Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

Líder de quita y pon

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CÓMO ESTARÁN las cosas en el Partido Socialista que montan un comité autonómico y lo acaban como lo empezaron. A garrotazo limpio y sin ser capaces de pactar ni una sola iniciativa, ni una sola resolución. Ni tan siquiera aquella que exige una mayor reindustrialización en la Comunidad, que es tanto como pedir que llueva café en el campo, papel mojado, pedir por pedir. Pues ni eso. Por no ser, los socialistas castellanos y leoneses no serían capaces de consensuar ni siquiera una iniciativa en la que se pidiera la paz mundial. Antes tendrían que dilucidar si lo hacían por primarias o secundarias o debería decidirlo un congreso, un comité o una gestora.

En éstas aparece el gran -no se les vaya a olvidar nunca, sólo por su estatura- Óscar López y, desde su poltrona del Senado, toma la palabra, dice que hay que coser el partido y se queda tan ancho. Oye, cual niño de San Ildefonso después de cantar El Gordo. Lo podía haber pensado antes, cuando liquidó al más puro estilo estalinista a la anterior cúpula de su partido, que por cierto él mismo había impuesto en un congreso, sencillamente porque no eran aptos para lo que él había puesto: ser perritos falderos que siguieran la voz de su amo.

El problema del PSOE no es ni ideas, ni de planteamientos. El problema de los socialistas castellanos y leoneses es que se ha instaurado aquello de «aquí cada uno va a lo suyo, menos yo que voy a lo mío» y así les va. Llevan años mirándose al ombligo, mientras se regodean en las derrotas, sin darse cuenta de que lo que necesitan es una catarsis, que ni saben ni quieren ni tienen líderes para afrontarla.

Cuenten conmigo: Carlos Martínez, Tino Rodríguez, Fernando Pablos, Juan Luis Gordo, Antonio Plaza y Pedro Muñoz. O lo que es lo mismo, Soria, León, Salamanca, Segovia, Zamora y Ávila. Todos estos llamados barones, Pedro Muñoz aunque no es el secretario provincial de Ávila controla una amplia mayoría de un partido que lleva más de dos años con una gestora, son los que elevaron, junto a Valladolid y Burgos, a los altares de la dirección socialista en la Comunidad a Luis Tudanca. Los mismos que aplaudieron o callaron ante el golpe de estado de Óscar López contra la ejecutiva de Julio Villarrubia. Pues estos mismos son los que ahora quieren acabar con aquel que nos vendieron como el líder salvador, el hombre joven y preparado que era la gran esperanza blanca del socialismo en Castilla y León. La realidad demuestra que ni ellos se creían esa gran mentira. Para estos barones Tudanca no es más que un parche, una marioneta, un líder de quita y pon.

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