Huelga que obliga a buscar el consenso en Educación

LOS ESTUDIANTES Y los padres de los estudiantes se echaron ayer a las calles de los principales ciudades de la Comunidad para protestar una vez más, y van..., contra la reforma educativa del Gobierno de Mariano Rajoy.

Y lo hicieron para expresarle al Ejecutivo, ahora en funciones, que la famosa Lomce que el ex ministro José Ignacio Wert sacó adelante, por su cuenta y riesgo y sin consensuar con nadie, no les gusta porque no es válida.

Las reválidas fueron el argumento del que ayer tiraron los estudiantes para echarse en masa a la calle a exigir el fin de estas pruebas, que consideran injustas y desproporcionadas porque se lo juegan todo a una carta tras el esfuerzo de un curso completo.

Más allá de si tienen o no razón, que ese no es el debate, el examen de reválida resume en sí mismo todos los males que presenta la Lomce: improvisación, precipitación y nulo consenso. Algo que vienen denunciando todos aquellos que tienen algo que decir en el sistema educativo, incluido la Consejería de Educación que siempre ha planteado, y con muy buen criterio, la necesidad de buscar el consenso más amplio.

Justo a lo que se apunta ahora el ministro de Educación, Méndez de Vigo, y el presidente del Gobierno en fuciones, Mariano Rajoy, quien en su discurso de investidura acaba de anunciar la búsqueda de un gran acuerdo en materia educativo.

Bienvenidos sean a una senda, la del consenso y la del acuerdo, de la que pueden aprender mucho de Castilla y León. Lo que no se entiende es por qué se vienen empeñando en precipitar los acontecimientos, primero con sacando adelante una Ley de Educación que no gusta a nadie y, después, imponiendo los cambios contra el criterio de todos.

No hay que olvidar que hoy son las reválidas, pero mañana se tratará de las pruebas de acceso a la Universidad, que tienen también en contra a toda la comunidad educativa universitaria, empezando por los alumnos y terminando por los rectores.

Aún se está a tiempo de rectificar, de dar un paso atrás y de tratar que todas las partes que actúan en el sistema sientan que son escuchadas y que forman parte de los cambios que se vayan a llevar a cabo en el mismo. No puede ser que nadie, ni alumnos, ni profesores, ni padres, ni los consejeros que tiene que aplicar la nueva norma, se sientas partícipes de la Lomce.

Las huelgas y manifestaciones de ayer son la demostración palpable de que lo que hay tiene que replantearse.

Es la hora de volver sobre los pasos para hacer lo que, hasta ahora, no se ha hecho: buscar elconsenso de todos, porque sólo así se conseguirá una reforma que permita una mejor Educación.