Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

¿Hay política económica?

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NO ES FÁCIL imaginar por qué Herrera ha dejado vacante la Viceconsejería de Política Económica que dirigía Begoña Hernández. Tampoco es fácil imaginar las razones profundas que le han llevado a separar las consejerías de Economía y Empleo. Y menos después de leer o escuchar esta semana en las Cortes los programas de Pilar del Olmo y Rosa Valdeón, que despacharon el asunto con la ambigüedad del término «idoneidad» y sólo apelando a los deseos del presidente. Como no es fácil imaginar tampoco por qué ambos altos cargos cerraron sus intervenciones sin un diagnóstico sobre la ineficiente gestión de los dos organismos más importantes de sus nuevas consejerías: la Agencia de Innovación y el Ecyl.

La impresión que da es que los juzgados van a mediatizar la política económica de la Consejería de Economía cuando empiecen a desfilar altos cargos que declararán como imputados -no procesados- por el inexplicado ‘caso de Portillo’ o el edificio de la ADE, ya conocido como la ‘perla negra’. También cuando arranque la comisión de investigación de la ‘trama eólica’.

Sorprende que Del Olmo haya puesto al frente de la ADE a un auditor que venía ocupando un puesto de alto cargo en la Agencia Tributaria. Menos sorprende si, como ella reveló el martes, va a someter a este organismo a un mayor control. La consejera conoce asuntos turbios porque ha tenido a altos cargos en el consejo. En ese sentido, resulta difícil de entender que esta agencia, una suma de organismos descoordinados sin dirección firme y con descontento laboral, no haya empezado a gestionar el nuevo programa operativo. Como sorprende que Del Olmo no haya ni mencionado el desplome de la estrella de la innovación (Parque de Boecillo) o el abandono incomprensible de los mejores centros tecnológicos de España.

¿Dónde está la Política Económica del nuevo gobierno de Herrera? ¿Se gestionará desde los juzgados? Preguntas en el aire difíciles de responder cuando se destaca que la crisis ha terminado, por más que se matice que es la crisis de datos macro. Tampoco la todopoderosa vicepresidenta de Empleo hizo demasiados esfuerzos el miércoles para precisar el punto de partida del Ecyl en su importante cometido de la intermediación. Menos mal que al menos Valdeón se mostró receptiva a las peticiones de la oposición e incluso sugirió que había aspectos de la reforma laboral de Rajoy que le gustaban menos. Presentados los programas de estas consejerías, nadie aclaró por qué lo que no fue válido antes es bueno ahora. Los dos organismos, que comparten ese ‘oscuro’ espacio, están condenados a entenderse.

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