Tartita de almendras con crema e higos
Estamos en plena temporada de higos, al menos en mis higueras. Si están en su punto óptimo, pocas frutas tienen un dulzor tan fresco y especial. La combinación en esta receta de una base jugosa de almendra, una crema suave y la fruta fresca, logran un postre equilibrado, lleno de sabor y perfecto para aprovechar al máximo la temporada de los higos.

TARTITA DE ALMENDRAS CON CREMA E HIGOS
A TENER EN CUENTA
- Tiempo de preparación 30 min
- Tiempo de cocción 45 min
- Porciones 6
- Tipo de receta (n/a)
- Precio 20 €
INGREDIENTES
- 150 g de almendra molida
150 g de azúcar
3 huevos
Ralladura de ½ limón
½ cucharadita de canela en polvo
Pizca de sal
250 ml de leche entera
3 yemas de huevo
60 g de azúcar
20 g de harina de maíz o maicena
2 tiras de piel de limón
1 vaina de vainilla o 10 ml de vainilla líquida
Higos frescos
Azúcar glas
Hojas de menta
Dice el refranero: “de higos a brevas”. Eso viene a ser, más o menos, de principios de noviembre hasta mediados de mayo, es decir, bastante tiempo, unos cuantos meses. Se refiere el refrán al ciclo de producción de frutos de las higueras, que en primavera producen unos primeros ejemplares que conocemos como brevas y en verano y otoño son los higos los que maduran. Las brevas, primeros frutos de la higuera, aparecen a finales de mayo y junio y son más grandes y normalmente menos dulces en su punto de maduración. Los higos los podemos comer desde agosto hasta octubre. Existen muchas variedades, como los higos negros, morados, verdes, amarillos, azulados, cuello de dama, kadota, bordissot o misión.
Es cierto que los higos son un alimento muy nutritivo y bastante energético, tanto si los consumimos frescos como secos, pero consumidos con moderación en la temporada en la que podemos comerlos frescos, son una delicia como pocas. Contienen hidratos, vitaminas A, C, K y del grupo B y minerales como potasio, calcio, magnesio, hierro y cobre. Los higos secos, más típicos de épocas navideñas, son más energéticos y el proceso de secado les ha aportado también mayor cantidad de fibra, calcio y hierro.
Son digestivos porque su fibra favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento, son buenos para el corazón, son ricos en potasio y pobres en sodio por lo que ayudan a controlar la presión arterial, además de ser fuente de calcio y magnesio. La pulpa de los higos contiene polifenoles y flavonoides, que ayudan a combatir el daño celular.
Las tartitas de almendra
Precalentamos el horno a 180 °C. Batimos los huevos con el azúcar usando una varilla para que monte ligeramente. Añadimos la almendra molida e integramos con una espátula de silicona. Incorporamos la ralladura de limón, la canela y la sal. Integramos todo con movimientos suaves y envolventes.
Podemos hacer una tarta grande o pequeñas tartitas individuales, que es la opción que hemos elegido hoy. Para ello necesitaremos moldes pequeños tipo tartaleta. Los engrasamos ligeramente con mantequilla o aceite y repartimos en ellos la masa de almendra elaborada. Horneamos con calor arriba y abajo unos veinte minutos. No conviene cocinarlos mucho para que estas tartitas queden jugosas y cremosas. Desmoldar.
La crema
Mientras se hornean las tartillas vamos a hacer la crema. Calentamos en una cazuela la leche, las pieles de limón, añadiendo el interior de la vaina de vainilla y la propia vaina o el líquido de vainilla, lo que hayamos elegido. En un bol aparte, batimos las yemas con el azúcar, añadimos la maicena e integramos. Vamos incorporando la leche caliente, no hirviendo, sobre esta mezcla y mezclamos constantemente con una varilla. Volcamos todo en el cazo y ponemos al fuego, sin parar de mover con la varilla. Irá espesando poco a poco. Cuando esté en el punto de espesor deseado retiramos del fuego, sacamos a un bol y reservamos y enfriamos.
Emplatado de las tartitas
A cada una de las tartitas de almendra vamos a ponerlas una capa generosa de crema por encima, repartida por toda la superficie de la tarta. Lavamos y secamos los higos y los partimos por la mitad, o en cuartos si prefieren o son muy grandes. Disponemos varias mitades de higos encima de la crema pastelera, dando altura a nuestra tarta. Para rematar, podemos espolvorear un poco de azúcar glas sobre los higos, e incluso un poco de canela. Si hacemos nosotros el azúcar glas, podemos añadir también cuando trituramos el azúcar para convertirlo en polvo un par de tiras de piel de limón o naranja para que se trituren y den un sabor diferente al azúcar glas. Le viene bien a este postre un toque final aromático con alguna hierba fresca como la menta o la hierbabuena.
Aunque hemos dicho que en lugar de hacer una tarta grande íbamos a optar por tartitas más pequeñas tipo individual, no es mala idea compartirlas con otra persona, ya que, como les hemos dicho antes, se trata de una tarta bastante energética entre lo que aportan los higos y lo que aporta la almendra, sumado a huevos o azúcares.