Diario de Valladolid

«España tiene una deuda histórica con la región por los movimientos migratorios»

Aurelio pérez Coordinador de la Alianza UPA-COAG-J. M. LOSTAU

Aurelio pérez Coordinador de la Alianza UPA-COAG-J. M. LOSTAU

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Elsa Ortiz

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Conseguir una Política Agraria Común (PAC) que priorice a las personas y curar a la Comunidad de la despoblación que padece son los deberes más urgentes que pone el coordinador de la Alianza UPA-COAG en la antesala de las elecciones, aunque Aurelio Pérez asegura que ahora solo se escucha al campo «para agradar».

Pregunta .- Empecemos por contextualizar: ¿Cuál es el escenario actual el sector?

Respuesta .- El panorama no es bueno. Hay elecciones nacionales pero también a nivel autonómico y regional, sin olvidar las europeas. Las campañas electorales desconectan al país de la realidad y se produce un paréntesis en la actividad parlamentaria, que acarrea la parálisis de la propia Administración aunque se quiera negar.

P.- Muchos frentes abiertos. ¿Alguno merece especial atención?

R.- La campaña europea nos afecta más directamente porque hoy la agricultura y la ganadería no se pueden entender sin Europa. En función de los cambios en el Parlamento, el sector irá por un camino o por otro. Estamos viendo movimientos ecologistas en un extremo y grupos políticos puestos en el otro. Creo que desde los extremos no puede tomarse ningún tipo de medidas, y menos en este ámbito.

P.- ¿Hay en este panorama lugar para las oportunidades?

R.- Pueden existir pero deben enmarcarse en una realidad: el retraso de la Política Agraria Común (PAC). Como muy pronto, tardará dos años en ponerse en marcha con lo cual las oportunidades ya nacen en dirección contraria. Tenemos a Inglaterra con un Brexit que no sabemos en qué condiciones se va a producir. Es un país contribuyente neto a la Unión Europea por lo que la PAC podría verse totalmente trastocada en términos económicos. Estamos en una situación en la que las herramientas están en muy malas condiciones. Otra cosa es que podamos hacer propuestas.

P.- ¿Ahora se escucha?

R.- Yo soy algo escéptico a que se hable del campo ahora, porque se hace de manera muy superficial sin un conocimiento a fondo de los problemas y con la intención de agradar. Esto no soluciona nada. A nosotros nos permite volver a incidir en las propuestas que llevamos haciendo, en algún caso 30 años, de lo que debe ser la PAC. No somos máquinas que cambian de idea, tenemos un modelo social agrario que es lo que defendemos.

P.- ¿Y en qué consiste?

R.- En perseguir una agricultura que sirva como base fundamental para la alimentación. Su requisito es producir en cantidad y calidad suficientes para Europa y en extensión para lo que sea necesario en el resto del mundo. A esto hay que darle prioridad frente a la organización común del mercado, que busca el sector como un negocio.

P.- ¿Qué papel juega aquí la PAC?

R.- En una explotación agraria donde el 70% de renta proviene del mercado, prácticamente la política agraria es cero. Los sistemas de intervención, de control o de almacenamiento están en manos privadas. El almacenamiento de cereal lo dirigen cinco multinacionales que lo van a introducir en el mercado no cuando la sociedad lo necesite, sino cuando más rentabilidad obtengan. En ganadería estamos pasando a la integración y son grandes empresas las que lo gestionan desde un punto de vista economicista. Nosotros queremos una PAC que ponga a las personas delante de los beneficios.

P.- ¿Hablamos de despoblación?

R.- En el acuerdo de consenso que se hizo en Castilla y León, fuimos nosotros quienes introdujimos este término. Si tenemos en cuenta el domicilio fiscal de los perceptores, la comunidad que más PAC recibe es Madrid. ¿Favorecen estas inversiones el asentamiento de la población? No nos cuenten milongas que somos agricultores y ganaderos, pero leemos. Así no se mantiene a la gente en medio rural. Hay partes de la región consideradas como desiertos demográficos. Es necesario poner en marcha medidas para recuperar el medio rural. Han destruido el elemento más valioso: las personas. Han vaciado los pueblos y desestructurado las familias en beneficio del país. España tiene una deuda histórica con esta región por los movimientos migratorios para poblar otras zonas.

P.- ¿Cómo considera que puede empezar a pagarla?

R.- Tenemos una población envejecida con una caída de los servicios públicos, vías de comunicación terrestre abandonadas y coberturas de Internet lamentables. Con esta situación no podemos competir con nadie. Si producimos en una zona despoblada, no hay mercado de cercanía. Vía online podemos abarcar cualquier punto de España pero necesitamos la digitalización en el campo. Con falta de medios, ayudas que se llevan a las zonas más pobladas y sin apoyo directo a los Agricultores a Título Personal (ATPs) se está cometiendo un error.

P.- ¿Cuál es el tratamiento de choque que reclama este sector?

R.- Para empezar, hay que reconocerlo como estratégico y necesario no solo para producir alimentos y asentar a la población, sino también para gestionar el territorio. A partir de ahí, si generamos actividad económica y bienestar en las zonas rurales, dotándolas de servicios y vías de comunicación podemos empezar a hablar de incorporaciones. Tenemos que dar garantías a las mujeres porque ellas quieren trabajar. Tienen que desarrollarse como lo que son, el 50% de la población. Y es fundamental que estén en el campo. Con los jóvenes hay que cumplir unas expectativas más ambiciosas que los años que cubran las ayudas. Tienen que pensar en forjar un futuro pero con visos de prosperar y permanecer en el tiempo.

P.- ¿Alguna sugerencia?

R.- Yo voy a poner encima de la mesa una propuesta muy sencilla. Hay que apoyar la primera contratación de autónomos, con unos tratamientos fiscales y de seguridad social. Con este potencial, los agricultores y ganaderos no tendrían que trabajar los 365 días del año, por lo que mejoraríamos su calidad de vida. Y la persona contratada fijaría su residencia en el medio rural.

P.- ¿Qué otros deberes ponéis al Gobierno?

R.- El control de la fauna salvaje. Tenemos el mayor censo de la historia en estos momentos y a medida que avanza, el hombre va abandonando el territorio. No podemos tener explotaciones sometidas al capricho de una parte de la fauna ni puede estar en vilo su situación sanitaria. Tampoco podemos tener unas carreteras con accidenten mortales donde se lavan las manos poniendo una señal.

P.- ¿Cuáles son los principales retos de la agricultura y la ganadería?

R.- El sector tiene que afrontar retos como la innovación. Nosotros trabajamos mucho con el big data porque de la información siempre surgen ideas. Ahora mismo también es importante recuperar las políticas de seguros agrarios y realizan un control sobre la energía, con un trato especial para la agricultura y la ganadería porque son costes de producción que lastran la actividad. Hay una preocupación tremenda con todo lo relacionado con el cambio climático y la Unión Europea debería de tener una posición firme para hacerle frente, aunque suponga plantarle cara a Estados Unidos.

P.- ¿Hay esperanza de que todo esto se cuele en el debate político?

R.- Son dos cosas diferentes. Puede entrar en el debate político y que no sirva para nada. ¿Esperanza? Toda la del mundo por una razón muy sencilla: este sector se ha profesionalizado a unos niveles extraordinarios que nos permiten afrontar el futuro con optimismo.

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