La siniestralidad en el campo regional alcanza a más de 400.000 hectáreas

No cabe duda de que la última campaña agrícola en Castilla y León ha resultado mucho mejor que la anterior en términos productivos gracias a la tregua concedida por la sequía a lo largo de este año. Sin embargo, el pedrisco y las lluvias se han dejado notar en el campo regional, que a punto de finalizar el presente ejercicio arroja un índice de siniestralidad que asciende a 404.810 hectáreas. En cualquier caso, el dato en sí no es malo si tomamos como referencia el balance de 2017. Tan solo el cereal sufrió daños en 748.383 hectáreas que representaban el 83% de la superficie asegurada.

Dada su presencia mayoritaria en la Comunidad, los cultivos herbáceos extensivos se han llevado la peor parte durante la campaña. Según confirma la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro)a este suplemento, las inclemencias meteorológicas, la fauna y diversos factores externos han provocado daños en 369.870 hectáreas. En este apartado, como en casi todos, el pedrisco ha copado gran parte de las incidencias. En concreto, su siempre indeseable irrupción ha afectado a 257.524 hectáreas.

En términos generales, las tormentas de pedrisco han acaparado el 66,2% de la superficie total siniestrada en la región. No en vano, los herbáceos extensivos también han sufrido, aunque en bastante menor medida, los estragos de la sequía y de las precipitaciones persistentes con 29.147 y 17.246 hectáreas, respectivamente. Pero tampoco hay que olvidar la fauna salvaje, que ha causado daños en 28.832 hectáreas, el 98,3% destinadas a herbáceos.

Donde no ha resultado tan nocivo el pedrisco es en los cultivos forrajeros, que se han visto más afectados por las lluvias intensas de este año. Los datos a este respecto no arrojan lugar a dudas: 5.141 hectáreas siniestradas por las precipitaciones frente a 882,76 por culpa del pedrisco. Asimismo, las heladas han resultado mucho menos dañinas que en campañas anteriores, aunque se han dejado notar en los herbáceos (6.291 hectáreas) y principalmente en la uva de vino (9.620,8).

En materia de indemnizaciones, la provincia de Burgos lidera el ranking autonómico con 15,4 millones de euros pagados hasta el pasado 8 de diciembre. A continuación se encuentra Valladolid, donde las compensaciones ascienden a 11,1 millones. Se trata, con diferencia, de los dos territorios de Castilla y León que más se han beneficiado de las pólizas de Agroseguro -y sufrido, obviamente, los estragos de las condiciones climatológicas adversas-, ya que entre ambos acaparan, con 26,5 millones de euros, casi la mitad de los pagos compensatorios del conjunto de la Comunidad.

Dentro de un término medio, aunque no muy alejados de Valladolid, los agricultores y ganaderos de León y Palencia han percibido hasta la fecha de la última actualización de datos de Agroseguro sendas indemnizaciones de 9,9 y 8 millones de euros; mientras que en la provincia de Soria el pago por ahora se aproxima a los 7 millones. Por último, en una horquilla que oscila entre 3,1 y 3,8 millones compensados a lo largo del presente año, se encuentran Ávila, Segovia y Zamora. En total, la cantidad desembolsada por la Agrupación de Entidades Aseguradoras ronda los 68,8 millones de euros.

Por cultivos, los herbáceos extensivos han supuesto, con 34,8 millones, más de la mitad de las indemnizaciones pagadas a falta de cerrar el año. No en vano, Agroseguro contempla una compensación total ligeramente superior. Y lo mismo ocurre con la uva de vino, un sector que ya ha recibido 9,3 millones y que prácticamente ha cubierto el total previsto tras los peritajes.

Respecto al ganado, afectado mayoritariamente por la fauna salvaje, las indemnizaciones ascienden a 6,8 millones de euros. Eso sí, la cantidad a desembolsar, según Agroseguro, rondará los 8,4 millones.

«MÁS DE 1.000 HECTÁREAS» AL TRASTE POR EL GRANIZO EN CUESTIÓN DE HORAS

Nadie en el Valle burgalés de Valdelucio y en las localidades limítrofes de Palencia recuerda una granizada como la de mediados de julio de este año. En un abrir y cerrar de ojos, una nube «muy extensa» comenzó a arrojar piedras de gran tamaño que arruinaron el «100%» de la cosecha de cereal. Por si fuera poco, Daniel Bravo, agricultor y vicepresidente de la Cooperativa Santa Isabel, asegura que los estragos de la tormenta aún son patentes. Se notó en la siembra, más complicada de lo previsto porque el terreno se encontraba «aplastado» y «los arados se embozaban».

Tras una campaña «nula» en términos de producción, las pérdidas superan el millón de euros y la superficie afectada, solo en su zona, asciende a «más de 1.000 hectáreas». Por suerte, los seguros agrarios «se han portado muy bien» a la hora de peritar las tierras y conceder las indemnizaciones pertinentes. De entrada, Asaja tenía previsto solicitar la declaración de zona catastrófica, pero Bravo y sus compañeros se percataron de que no les compensaba porque «entonces se paralizaban los seguros». En cuanto a la patata, otro de los grandes cultivos en la comarca, la cosecha se recuperó «a base de tratamientos» y su rendimiento medio ha rondado los 35.000 kilos por hectárea.