Frente común para prevenir los daños del conejo en los cultivos

El fenómeno de los daños producidos por el conejo es una de las principales preocupaciones de la administración y del sector agrario, también en nuestro territorio. La sobrepoblación de esta especie está provocando importante daños económicos a la agricultura, siendo los cereales, además de otros cultivos como viñedos y olivares la superficie más dañada.

Según los datos de WWF, el conejo es la especie silvestre que genera «una mayor siniestralidad para los seguros agrarios». De hecho, representa más del 40% de los pagos. Un contexto que ha llevado a la búsqueda de medidas de prevención que «permitan que las explotaciones afectadas por estos daños mejoren su rentabilidad».

Este es el objetivo del grupo operativo creado recientemente para abordar el «desequilibrio» en la poblaciones que existe en determinadas zonas y cultivos, y establecer métodos que sirvan para prevenir estos daños. Así lo expone Ramón Pérez de Ayala, responsable del Programa de Especies de WWF España, quien destaca que la comunidad autónoma con mayor afección actualmente es Castilla-La Mancha, seguida de Castilla y León, Aragón, Andalucía, Navarra y Madrid.

Aplicar medidas «eficientes» a esta problemática se considera «esencial» en este momento para frenar el impacto económico en las explotaciones afectadas, además de «reducir el conflicto social».

El proyecto coordinado por WWF, del que forman parte UPA, la Fundación CBD-Hábitat, Fomecam, ademad de Agroseguro y las principales comunidades afectadas como socios colaboradores, pretende evaluar las acciones «más adecuadas» para su puesta en práctica y las consecuencias reales.

Los métodos de prevención tradicional están basados en medidas de exclusión, como vallados perimetrales o protectores individuales. La herramienta «común» es el control de población, teniendo en cuenta que el conejo es una especie cinegética, cuyo aprovechamiento y gestión está regulada por las leyes de caza.

El grupo operativo quiere identificar las causas y analizar» la distribución espacial de los daños y qué tipos de cultivos son los que se ven más afectados». Entre los objetivos específicos se recoge como reto en 2021 «reducir en un 40% las pérdidas económicas producidas por esta especie en las explotaciones agrícolas seleccionadas». De forma general, el grupo busca mejorar la productividad de las explotaciones, reduciendo los daños, a través de la aplicación de medidas «con mejor relación coste/beneficio y que consideren aspectos sociales y ambientales».

Para ello, se pretende desarrollar un proyecto de innovación que se traduzca en una serie de medidas de prevención, control o mitigación de los daños causados por el conejo silvestre. Como apunta Ayala, se están identificando las que actualmente se están desarrollando en otros países, como Australia y Nueva Zelanda, con «larga tradición» en la lucha contra las plagas de conejos, que no se plantean porque están prohibidas en la UEy España, y se «buscarán» otras nuevas.

Entre ellas, el uso de vallados laser o la utilización de fuentes alternativas de alimento. La sensación general del grupo es que «es necesario mejorar el conocimiento sobre diversos temas». La idea es seleccionar a finales de este año zonas piloto y las medidas más recomendables para la prevención de daños, según distintos criterios profesionales. Un estudio en el que desde WWF se espera contar con Castilla y León, a través de UPA.

Desde esta organización agraria se valora la «importancia» de este grupo que une a conservacionistas. Representantes del sector agrario y comunidades para abordar esta problemática.