DE VINOS
El molino de las tres piedras
A pesar de que la historia se trate de una inversión sentimental y en un proyecto de viticultura y enología de rabiosa actualidad, Jorge Arandilla gusta de situar el nombre de la bodega TresPiedras en la historia de su pueblo, Fuentecén. Del molino y sus tres piedras solo quedan las ruinas, testigos mudos de la que fuera su propietaria, ni más ni menos que Catalina de la Fuente, la primera mujer del célebre guerrillero y militar de la Guerra de Independencia, Juan Martín "El Empecinado".
Salvo esta pequeña incursión en la leyenda local, para encontrar las viñas habrá que recorrer el término municipal y algunos majuelos en la vecina Haza. Esta historia de vinos que protagoniza el biznieto de Norberto, nieto de Fabián e hijo de Juan Ramón parte con la añada de 2016, cuando Jorge Arandilla decide dedicarse de lleno al vino en su pueblo y destacar pronto entre los vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
Toda una hazaña para un "teleco" que ha trasladado la minuciosidad de su formación universitaria al entramado de sus viñas, algunas sobrevivieron a la filoxera, y basa el éxito de sus vinos en el mercado en la multitud de variedades, clones, tipos de suelo, portainjertos, orientaciones, altitudes y sistemas de formación que, según sus palabras, son los causantes y el fundamento para crear vinos únicos en los viñedos de su propiedad.
La bodega de elaboración, fermentación y crianza se sitúa en el casco urbano de Fuentecén. Hasta el lagar llegan las uvas procedentes de las distintas parcelas repartidas en el término municipal: San Vicente, La Tejera, Tenadas de San Vicente, El Calvario, Cuesta Redonda y las viñas de Haza, que dan vida al Ribera Maricana. Todos sus vinos cierran filas en dos etiquetas: Unanimus y Nobis. El significado de este último es "lo nuestro". TresPiedras es un proyecto acariciado por la familia, que hoy es capaz de elaborar y comercializar en torno a 25.000 botellas de media al año. El 50% de estas, con destino a la exportación a países como Bélgica, Holanda, Suiza y Estados Unidos.
Los vinos de la bodega de Jorge Arandilla, un ingeniero de telecomunicaciones que desde su más tierna infancia tuvo estrecha relación con los majuelos, las prácticas culturales y la vendimia, llegan al mercado con precios que oscilan entre los 30 y los 45 euros, lo que le posicionan entre las referencias de la Denominación de Origen Ribera del Duero ya apadrinadas por prescriptores y menciones en la prensa especializada. El éxito de los vinos radica en un criterio selectivo en viñas, cuidando rendimientos, índices de madurez y sanidad de las uvas, que fermentan por parcelas. Al mismo tiempo, el criterio y la elección de los envases de roble de distintos tamaños definen las características organolépticas de unos vinos que no han perdido la expresión del terruño y que logran identificarse con el ADN del Duero.
Jorge Arandilla es de la añada del 85 y, en pleno siglo XXI, ha logrado situar a su pueblo entre las referencias geográficas del vino español. Como es habitual en muchos pueblos de la Ribera, sus ascendientes formaron parte del movimiento cooperativo y, hoy, ven traducida en las nuevas generaciones la misma defensa por el cultivo de la vid y la elaboración de vinos en Fuentecén. TresPiedras es, por tanto, el sueño de un 'teleco' en su pueblo. Y la demostración de que lo suyo responde a lo nuestro. Las piedras de molino, en esta ocasión, han supuesto un respiro para la zona. Sin duda, Jorge tiene algo de Empecinado, a pesar de estar a varias leguas de Castrillo de Duero, el pueblo del guerrillero y donde este se casó con Catalina, propietaria del molino de las tres piedras.