Diario de Valladolid

Al Este del Edén, el vino soriano de la Ribera del Duero

El vino soriano está dejando de ser el hermano pobre de la rutilante Denominación de Origen Ribera del Duero y está consiguiendo hacerse un hueco propio gracias al mantenimiento de viñedos centenarios y a la llegada de nuevos creadores que descubren en las duras condiciones climatológicas y en la variedad de los suelos nuevos caldos que conquistan paladares a golpe de personalidad

Las tierras sorianas son una parte imprescindible de la Ruta del Vino Ribera del Duero. / DIPutación de SORIA

Las tierras sorianas son una parte imprescindible de la Ruta del Vino Ribera del Duero. / DIPutación de SORIA

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Redacción de Valladolid
Valladolid

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Los sorianos tienen el corazón partido cuando se trata de vino, pero no en dos partes, sino en tres, ya que tienen dividido su amor entre los vinos propios, los de la provincia hermana y vecina de La Rioja, y por los de la comunidad de Aragón, casa de tantos sorianos que emigraron.

Los más mayores defienden el duro vino de la tierra maña, porque su graduación elevada ha servido a generaciones de sorianos para entrar en calor en una provincia cuya basta geografía, de más de 10.000 kilómetros cuadrados, está situada por encima de los 1.000 metros de altitud y los rigores del invierno debían ser combatidos a golpe de generosos tragos de los vinos traídos en carros desde Bulbuente, Magallón, Borja, Gallur, Cariñena, Calatayud,… En algún tiempo pasado la rayana tierra soriana dispuso de este vino duro, como atestigua el escuda de la villa de Ágreda, la de las tres culturas, que luce una hermosa vid.

Las populosas fiestas de la capital, dedicadas a San Juan, son un claro ejemplo del consumo preferido por los sorianos para alegrarse en cuerpo y alma, cuyo lema es Sol, Vino y Toros. La canción sanjuanera reza que el vino debe ser tinto y dulzón de probada calidad…Cuantos más grados tenga, antes se entra en fiestas a fuerza de apretar la bota.

Las preferencias han ido evolucionando con el paso del tiempo y el soriano ha ido perdiendo el gusto por los gruesos vinos de fuerte graduación, y sus preferencias se han ido inclinando por el vino de la Denominación de Origen de la Rioja, que todo lo ha ido conquistando con argumentos de peso y con más razón en Soria, donde el roce siempre ha hecho el cariño con los vecinos riojanos e incluso con los vascos, siempre marcando el ritmo del consumo del vino en las tabernas.

Como nadie es profeta en su tierra, el vino soriano quedó recluido en torno a la villa de San Esteban de Gormaz y a su cooperativa, dedicándose casi al auto- consumo y a una pequeña distribución restringida a la zona que marca el puerto del Temeroso.

Soria no es ajena al fuerte impulso que la Denominación de Origen Ribera del Duero ha ejercido sobre su zona de influencia, que abarca a 18 pueblos sorianos, y que ha supuesto pasar de una única bodega, con un futuro incierto, al actual despegue de iniciativas e inversiones que suman 15 bodegas en activo y un proyecto en marcha.

Este pequeño boom en torno al vino soriano se debe fundamentalmente a la puesta en marcha de proyectos humildes, impulsados por personalidades inquietas que buscan nuevos horizontes, y que están consiguiendo un amplio reconocimiento entre el complicado mundo de los amantes de los buenos caldos.

También hay que destacar el buen trabajo que están llevando a cabo las bodegas con mayor peso, que aun siendo pocas, están dejando su impronta y consiguiendo llegar a mercados hasta ahora remisos a una calidad que cada día queda más demostrada.

Aun siendo la zona de la ribera del Duero soriana la más baja en altitud de toda la provincia, es curiosamente la más alta de la Denominación de Origen Ribera del Duero, y su altitud, junto con un clima más riguroso y unos suelos más calcáreos y pobres, lo que dan a la viñas, en muchos casos centenarias, un marcado sello que los enólogos están consiguiendo situarlo al nivel de sus hermanos mayores.

La tradicional Feria de San Esteban de Gormaz está centrando en sus últimas ediciones el esfuerzo vitivinícola de la comarca y de toda la Denominación acogiendo la Feria del vino D.O. Ribera del Duero. Diputación provincial lleva cinco ediciones poniendo en marcha el concurso al mejor tinto joven y rosado entre todos los vinos que participan en la Feria dotado con 3.000 euros.

También la institución provincial colabora en otro peculiar concurso que en esta ocasión busca fomentar la costumbre ancestral de los vecinos de la ribera de hacer sus propios caldos.

Soria tiene su propio vino y se reivindica por sus bodegas y por la apuesta de gente joven muy preparada y con mucho talento como demuestran sus cuidadas producciones.

También es de destacar la unión entre casi todas las bodegas sorianas, entorno a la Asociación de Bodegas Viñas Viejas de Soria que desde su nombre reivindica unas cepas centenarias y prefiloxéricas, la búsqueda de la autenticidad, el respeto por la tierra, incluso por la arquitectura tradicional.

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