Diario de Valladolid

PICO CIRBANAL (2.077 M.)

Por las crestas de la luna

Travesía por cumbres con mucho ambiente por la Comarca de Luna leonesa

Montañeros recorriendo los cordales aún con nieve.-N.S.

Montañeros recorriendo los cordales aún con nieve.-N.S.

Publicado por
NACHO SÁEZ
Valladolid

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El Parque Natural de Babia y Luna constituye uno de los enclaves más singulares de toda la Cordillera Cantábrica. Su inestimable valor geomorfológico, ecológico y paisajístico determina que muchas figuras de protección incidan sobre este espacio. De hecho, estamos en un Espacio Protegido Red Natura 2000, designado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Además, una parte de su territorio está incluido en la Reserva de la Biosfera de Babia y la Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna. ¡Imposible no caer rendido a sus encantos!.

Muchas de las cumbres de esta zona superan ampliamente los dos mil metros de altura. Así ocurre con todas las que forman parte del impresionante macizo calizo de Peña Ubiña o con las que se levantan sobre los lagos de Somiedo, donde se localiza el interesante cresterío de Peña Orniz, plagado todo ello de cimas que constituyen un importante reclamo para los montañeros que se acercan a la zona.

Junto a estas montañas tan conocidas y visitadas, existen otras muchas en la zona que pasan más desapercibidas pero que presentan gran interés. Así ocurre con la línea de cumbres que enlaza La Genestosa con el Cirbanal y que se levanta al norte del arroyo de Caldas, afluente del rio Luna, muy próxima al trazado de la autopista AP-66 a la altura del Túnel del Negrón y que constituye nuestro objetivo para esta excursión.

El punto de partida de nuestra ruta se encuentra en la localidad de Caldas de Luna, donde podremos dejar nuestro coche sin molestar en el amplio espacio que hay junto a la iglesia. Una callejuela nos conduce hacia el norte, en dirección a las peñas que marcan el comienzo de la Foz de Pincuejo, lugar preferido de muchos escaladores de la zona que buscan en sus verticales paredes un marco idóneo para poner a prueba sus destrezas.

Tras cruzar el arroyo junto a la zona recreativa debemos continuar hacia el oeste siguiendo las trochas del ganado sin sendero claro a medida que vamos cogiendo altura progresivamente bajo los farallones rocosos. Al cabo de un rato de marcha ya veremos por encima de nosotros un amplio y evidente paso entre las peñas, conocido como el collado de La Cabra (1.450 m) y que nos permite acceder a la vertiente norte dando vistas ya a algunas de las cumbres que vamos a ascender en esta jornada.

Los hitos del sendero nos llevan unos metros hacia el noroeste bajo las paredes de piedra caliza, para luego volver hacia el suroeste y así acceder al cresterío por una canal en un terreno que exige prestar atención para evitar problemas (1.560 m). Encaramados ya en la zona alta divisamos nuestro itinerario, que nos llevará casi en todo su recorrido por la línea de cumbres. En este primer tramo avanzaremos con la vista en el horizonte hacia Peña Ubiña (hacia el noroeste), disfrutando también de una extraordinaria panorámica sobre el embalse de Barrios de Luna y el puente atirantado de Fernández Casado (al sur).

El cresterío nos llevará sin pérdida -aunque también sin sendero- hasta nuestra primera cima del día, la Peña Genestosa, la única de todas que no alcanza los dos mil metros de altitud (1963 metros de altitud, a 3,7 kilómetros desde el punto de origen). Siguiendo el cordal, en el tramo de descenso tendremos que hacer uso de las manos en algunos puntos con sólidos agarres, hasta llegar a un nuevo collado que nos conducirá en busca de nuestros siguientes objetivos: La Peña de los Bueyes o Peñona y los Estribos.

Remontamos de nuevo la cresta por un terreno que sin ser complejo -al menos para los acostumbrados a moverse por montaña-, exige una cierta precaución, hasta encaramarnos a la Peñona (2.038 m). Enlazaremos sin mayor dificultad otra cota vecina, desde la que será necesario descender por una pequeña canal en terreno vertical pero con muy buenos agarres, tras lo cual alcanzaremos ya sin problemas la cima de Los Estribos (2.026 m.).

Tras descender hasta el siguiente collado, situado a 1948 metros, afrontaremos la arista que nos conduce a Peña Silla (2069 m), algo aérea en algunos puntos pero sin mayores dificultades, en un tramo de enorme belleza por las vistas en el que disfrutaremos de un extraordinario ambiente alpino. Aunque nos dará pena bajar de esta magnífica atalaya, no podremos dormirnos, pues todavía nos queda en la jornada una cumbre más, el Cirbanal (o Cirbunal). El descenso hasta el collado que separa ambas cumbres no plantea dudas ni problemas, y una vez allí, ya por terreno más fácil, alcanzaremos la cumbre del Cirbanal (2.077 m), la más alta de todo el cordal, rematada por un vértice geodésico.

Para afrontar el descenso retrocederemos hacia el collado por el que hemos accedido al Cirbanal, desde donde tendremos que acometer un breve tramo de descenso hacia el sur durante unos cien metros de desnivel por terreno bastante empinado (marcado con hitos en esta zona), siendo necesario destrepar en algún punto por terreno con muy buenos agarres.

Pasado este tramo entramos ya en un terreno más cómodo en el que simplemente deberemos avanzar a media pendiente siguiendo las trochas del ganado por debajo de las cumbres que hemos coronado a la largo de la jornada en busca del punto en el que al principio de nuestra excursión alcanzamos el cordal (a unos 1.550 metros). Sortearemos de nuevo el tramo bajo los farallones rocosos que recorrimos por la mañana hasta alcanzar el collado de La Cabra y desde alli, dando vista a la cara sur, no nos quedará nada más que desandar la ruta hasta Caldas de Luna.

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