Diario de Valladolid

Bodegas y Viñedos Eugenio Espinosa(Grajal de Campos, León)

El señor del vino en Grajal

Abel Espinosa en su bodega de Grajal de Campos, situada a cien metros del castillo.-

Abel Espinosa en su bodega de Grajal de Campos, situada a cien metros del castillo.-

Publicado por
Javier Pérez Andrés

Creado:

Actualizado:

En los últimos años, la Denominación de Origen León ha logrado hacerse un hueco entre las referencias de los vinos de calidad en el mercado nacional. Muchos de sus vinos y enólogos ya han entrado en los apuntes de prescriptores y prensa especializada internacional, alcanzando buenas puntuaciones en guías, blogs y concursos. Cuando Eugenio Espinosa decidió reconvertir los viejos majuelos en nuevas plantaciones, en la añada del 1999, se encendía la luz verde a la viticultura en su pueblo, donde no hace tantas décadas llegó a haber más de seiscientas hectáreas de viñedo. Hoy, apenas quedan unas treinta hectáreas.

Pero fue años después cuando se dio el salto definitivo para construir la nueva bodega y dotarla de la tecnología necesaria para elaborar vinos de calidad. De esta manera, la villa histórica y monumental recuperaba la elaboración de vino, relegada hasta entonces a las producciones artesanales en las bodegas tradicionales. Es en este momento cuando aparece su hijo, Abel Espinosa. La bodega familiar entra en la denominación de Vinos de la Tierra de León, hoy DO León, e insufla aires terracampinos a la denominación de origen leonesa, que ha catapultado a los viejos cepajes de prieto picudo y albarín blanco a los mercados de vinos de calidad. Hoy, es su hijo, el joven Abel, formado en la escuela de enología de La Santa Espina (en la que han estudiado muchos jóvenes bodegueros), el que se pone al frente de la bodega, tirando así de las doce hectáreas de viñedo. El primer vino que salió al mercado fue el de la añada del 2005 y en ella estaba la esencia de Pago el Marón y, de alguna manera, la historia de una familia, pues la bisabuela de Abel, Saturnina Fregiciana Hierro, fue una de las vitiviniculturas más fuertes del pueblo.

Así nacieron los vinos de Grajal de Campos con denominación de origen, como el Espinosa Pallantini y un rosado llamado Doña Urraca. Sin abandonar del todo las marcas familiares, Abel ha encontrado un refuerzo en la alianza sellada con otro bodeguero de la zona, Gabriel García Luengo, el que un día lanzara los vinos de Villacezán. Gabriel suma al proyecto de Grajal la producción de sus 40 hectáreas de viñedo, situadas en la ribera del Cea. Así es como nació la gama de vinos que salen al mercado con la marca Pincerna. Hoy, la bodega produce alrededor de cuarenta mil botellas y vive un buen momento de expansión que ha oxigenado a esta pequeña bodega familiar que tiene un prometedor futuro, no solamente en el terreno enológico y vitícola, sino también en el emergente enoturismo en la Tierra de Campos leonesa.

La localidad de Grajal de Campos es, sin ninguna duda, una de las villas con mayor potencial histórico-artístico, como demuestra el castillo, la fortaleza situada a pocos metros de la bodega, considerado como el primer castillo artillero de España y que fue declarado Monumento Nacional en julio de 1931. O el Palacio de los Condes de Grajal, del siglo XVI, otro edificio que impresiona y fascina a los numerosos visitantes que recalan en Grajal de Campos, situado a pocos kilómetros de Sahagún, la capital de la Tierra de Campos leonesa. Abel Espinosa se enfrenta a un futuro prometedor y pronto contará con el respaldo de otra iniciativa enológica en su pueblo. Actualmente, la bodega comercializa vinos blancos, rosados y tintos con las variedades prieto picudo, tempranillo y la emergente albarín. Al mismo tiempo, envejece los tintos y lanza al mercado vinos de larga duración. Se suma así a un fenómeno que, en los últimos años, está demostrando el potencial del cepaje de prieto picudo para envejecer.

tracking