Diario de Valladolid

REPOSTERÍA

Dulces con sello de calidad

Desde hace más de un siglo este obrador familiar elabora mantecadas amparadas con IGP y hojaldres siguiendo la tradición

Confitería originaria donde José Rodríguez comenzó a elaborar dulces en 1916.  Con el tiempo tuvieron que ampliar sus instalaciones a otras más amplias, dotándolas de la maquinaria tecnológica más avanzada.  /-L. P.

Confitería originaria donde José Rodríguez comenzó a elaborar dulces en 1916. Con el tiempo tuvieron que ampliar sus instalaciones a otras más amplias, dotándolas de la maquinaria tecnológica más avanzada. /-L. P.

Publicado por
Henar Martín Puentes

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El sabor de las Mantecadas y Hojaldres de Astorga está presente en los hogares de toda España y de varios países de Europa, Sudamérica y Caribe, además de Estados Unidos gracias, en buena medida, a Dulces la Mallorquina (Dulma). La historia de esta empresa es la de una familia que ha sabido conjugar tradición y modernidad, evolucionando acorde lo hacían los nuevos tiempos a lo largo de más de un siglo y tres generaciones, convirtiéndose en una de las mejores empresas de repostería del sector que hay en nuestro país.

Todo comenzó en 1916 cuando su fundador, José Rodríguez Barros, abrió un pequeño obrador artesanal. «En la década de los 40 se incorporó nuestro padre José Rodríguez y ya se empezaron a hacer las riquísimas Mantecadas de Astorga», comenta uno de los tres hijos de la tercera generación que hoy dirige la industria repostera.

DULCES CON MARCHAMO

Elaboradas con harina, huevos, manteca de vaca y azúcar desde hace más de 200 años, las mantecadas La Mallorquina están amparadas con Indicación Geográfica Protegida desde el año 2004. Junto a este sello de calidad, están certificadas por el ISO 9001.

Se trata de un dulce que ha hecho famosa a esta localidad leonesa que en un tiempo pasado fue asentamiento romano. «Tenemos la gran suerte de poder aprovecharnos de la experiencia que nos han legado nuestras generaciones anteriores con sus fórmulas y maneras de trabajar, manteniendo la esencia de las mismas», enfatizan los propietarios.

En su proceso de elaboración se comienza emulsionando el huevo con el azúcar al que se le añade más adelante la harina tamizada para que quede un resultado más esponjoso. Después se incorpora la mantequilla empomada. La IGP marca el peso de cada mantecada antes de cocer que oscilará entre los 25 y los 30 gramos. Se hornean durante 16 minutos y se dejan enfriar dos horas.

Hace ochenta años comenzaron a comercializarse en cajas de madera, un embalaje que ha ido evolucionando hasta llegar a las cajas de cartón donde van empaquetadas por docenas y que se pueden encontrar en tiendas delicatessen y grandes almacenes, además de elaborar productos de marca blanca para supermercados y grandes superficies.

EVOLUCIÓN CONSTANTE

«Las presentaciones de nuestros productos van evolucionando en función de los tiempos y preferencias que exige el mercado; las cajas de madera se utilizaron mucho en su época porque era el material que imperaba, pero los tiempos y las exigencias del mercado van evolucionando hacia otros tipos de envases», sostienen.

Su sabor y textura esponjosa fueron poco a poco haciéndose famosos entre el público, comenzando a introducirse en otras comunidades como Madrid y Galicia en los años 60. Hoy están presentes en toda España y también se disfruta de ellas fuera de nuestras fronteras. Portugal, Francia, Reino Unido, Países Bajos, Italia, Estados Unidos y en alguna ocasión Chile y República Dominicana son los países donde está presentes.

Llegada la década de los 70 se incorporan al negocio familiar la tercera generación que ha sabido dar el impulso definitivo a la innovación y comercio exterior. En esa época comienzan a elaborar sus famosos hojaldres bañados en almíbar, un dulce que han ido adaptando con nuevas fórmulas innovadoras como HojalGlass y ChocoGlass. Con la llegada de nuevos productos y el incremento de la demanda, se vieron en la necesidad de ampliar a otras instalaciones para fabricar en ellas únicamente las Mantecadas y los Hojaldres, sin perder el obrador artesanal que sigue estando donde nació todo.

HOJALDRES

«El Hojaldre de Astorga ya es un clásico en toda España, las cadenas de distribución remarcan la marca Astorga ya que es un reclamo de garantía del producto, entendemos que no se pierde la identidad del producto, estas cadenas siempre realizan auditorias en la fábrica que les garantice la identidad del producto», comentan.

Las materias primas de calidad se han mantenido invariables a lo largo del tiempo al igual que cuidado proceso de elaboración aunque han ido incorporando avances tecnológicos. «Nuestros procesos de producción se están mejorando día a día, sin escatimar esfuerzos económicos ni humanos, con el fin de garantizar que se cumple con la legislación alimentaria, dando a nuestros clientes el máximo de garantías. En estos momentos tenemos la gran suerte de poder aprovecharnos de la experiencia que nos han legado nuestras generaciones anteriores con sus fórmulas y maneras de trabajar, manteniendo la esencia de las mismas”, sostiene Fernando Rodríguez, uno de los propietarios de la firma que no ha dejado de crecer en volumen y calidad de sus instalaciones. Tras varias reformas y ampliaciones, desde el año 2014 cuentan con una superficie industrial con 10.000 m2 de superficie de fabricación con nueva maquinaria para realizar nuevos productos como el Hojaldre al Cacao.

Con el tiempo ha ido creciendo su demanda en todo el mundo. La empresa cuenta con una facturación superior a los tres millones de euros y cuenta con una plantilla fija formada por 40 trabajadores.

La empresa astorgana mira al futuro con retos en el horizonte que pasan por terminar de implantarse «en todas las cadenas de alimentación, seguir avanzando en la seguridad alimentaria, de nuevos productos y mantener la tradición de nuestros antepasados en la repostería artesanal».

Calidad, Servicio y Precio en mayúsculas han sido los tres ingredientes que han mantenido a esta industria repostera familiar en un ejemplo de tradición y modernidad.

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